Hermann Bellinghausen: México ante Gaza

N
o pocos en las inmediaciones del gobierno morenista y su militancia tienden a soslayar o considerar irrelevante que la Presidenta de la República pertenezca a una familia judía. Ella misma nunca ha hecho mención pública, pero tampoco ha dejado de relacionarse –entre otros, pero de manera enfática– con la comunidad y el empresariado judíos en el país desde que gobernó la Ciudad de México. Ahora, los defensores de Palestina, más numerosos que los simpatizantes de Israel en nuestro país y en su partido, demandan posturas enérgicas de Claudia Sheinbaum Pardo contra el genocidio que comete Israel desde octubre de 2023.
Parecen tibios sus posicionamientos a favor de la paz y los dos estados, o contra el uso del hambre como arma de guerra en Gaza. Hace pocos años, un importante teórico social latinoamericano, él mismo de ascendencia judía, me advirtió: México podría tener una presidenta sionista
. Me pareció excesivo. Me lo sigue pareciendo. Pero la respuesta del gobierno, ciertamente amenazado por Donald Trump, decepciona por su uso rigorista de la no intervención. El régimen priísta supo ser proactivo en guerras y conflictos en América Latina y el tercer mundo.
Sheinbaum procede de una brillante familia, entre quienes se cuentan su madre, la bióloga universitaria Annie Pardo Semo, así como Enrique e Ilán Semo, intelectuales mexicanos de izquierda, no sionistas, que han abogado por un equilibrio entre las partes del conflicto. Siendo menor la presencia de judíos en nuestro país que en Argentina, tenemos relevantes y queridos autores y militantes en la izquierda mexicana y argenmex. Sin embargo, son más los judíos mexicanos en favor de Israel; aun si critican sus prácticas, evitan hablar de genocidio y detestan las menciones al fascismo.
Los medios israelíes han documentado la presencia judía en los gobiernos del mundo. En 2022, Volodymir Zelensky, presidente de Ucrania, fue designado por Jerusalem Post como el judío más influyente del mundo, sobre Elizabeth Borne, primera ministra de Francia, y Anthony Blinken, secretario de Estado en Estados Unidos. Incluyó varios directores ejecutivos y funcionarios estadunidenses, además de los gobernantes de Israel (Herzog, Netanyahu), el jefe de Mossad, David Barnea, y la dirigencia mundial sionista.
De acuerdo con Enlace Judío (9/8/23), diversos políticos judíos en América Latina han logrado
ser mandatarios: Luis Liberman Ginsburg, entre 2010 y 2014 vicepresidente de Costa Rica, hogar de 2 mil judíos; Max Delvalle, presidente de Panamá en 1967, luego de ser vicepresidente en un país donde viven 14 mil; Henry Éman gobernó Aruba de 1986 a 1989, y su hijo Mike Éman, primer ministro entre 2009 y 2017, promovió el jasidismo Jabad en esa pequeña isla caribeña de 100 mil habitantes. En Argentina, Beatriz Rojkes de Alperovich fue designada presidenta provisional del Senado en 2011; en 2012, cuando Cristina Fernández salió del país, Alperovich fue de manera breve, la primera mandataria judía de Argentina
. Enlace Judío previó que Sheinbaum se convertiría en presidenta de México, hogar de alrededor de 50 mil judíos. Otras fuentes hablan de 64 mil, y añaden a Ricardo Maduro (de origen judío portugués), presidente de Honduras de 2002 a 2006.
En Diálogo Político (17/6/24), el columnista Isaac Nahón Serfaty estima en 15 millones el número de judíos en el mundo. Deplora las posturas críticas de Gustavo Petro, Gabriel Boric y Lula, mientras manifiesta nostalgia por Jair Bolsonaro, pues durante su presidencia todo era entusiasmo y apoyo por Israel
. Según sus datos, las comunidades más grandes de la región están en Argentina (250 mil), Brasil (90 mil) y México (40 mil). En Chile registra 14 mil. Venezuela, donde antes de 1999 la comunidad judía rondaba 25 mil almas, hoy no tiene más de 7 mil
.
El medio israelí Forward destaca que en Panamá gobernó Laurentino Cortizo (2019-2024), cristiano practicante de madre judía: Si bien no ha abrazado su herencia, mantiene buena relación con la comunidad judía panameña y organizó una celebración de Rosh Hashaná en 2022
. Forward menciona a Gabriel Attal, primer ministro de Francia en 2024, Sophie Wilmès, primera ministra de Bélgica de 2019 a 2020, y Mijaíl Mishustin, primer ministro de Rusia desde 2020. Ben Raab; también en Forward, escribe que en teoría
la elección de una judía mexicana como Presidenta debería reafirmar la validez de su identidad dual
, pero me quedo deseando que deje de desestimar su judaísmo y lo abrace
. De los estadistas aquí mencionados, sólo Sheinbaum proviene de la izquierda y puede identificarse con el progresismo, que en general apoya a Palestina.
Decirse neutral frente a un genocidio es tomar partido por el genocida
, afirma la académica Silvana Rabinovich en entrevista con Martín Gak ( Ideas Inconclusas, 29/7/25). Ella se cuenta entre quienes mejor han documentado las culpas del sionismo desde un judaísmo vigoroso y muy humano. Si algo perdió el sionismo es la autoridad humanista. ¿Qué tanto da el llamado humanismo mexicano
ante el arrasamiento de Gaza y la limpieza étnica emprendida por Israel?
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