La diva del Art Decó, Tamara de Lempicka, llega al Museo Judío con sus retratos más icónicos

Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Mexico

Down Icon

La diva del Art Decó, Tamara de Lempicka, llega al Museo Judío con sus retratos más icónicos

La diva del Art Decó, Tamara de Lempicka, llega al Museo Judío con sus retratos más icónicos

Detrás de esta mujer de muchísimo carácter y de rostro inmaculado, de sus retratos tan perfectos, coloridos y refinados, queda mucho por descubrir en la vida y obra de Tamara de Lempicka (1894-1980), considerada la “diva del Art Decó”. Una adelantada de la época.

Parte del misterio de esa vida singular puede recorrerse ahora en el Museo Judío que inauguró la muestra Tamara de Lempicka, en Libertad 769 (CABA), en colaboración de la embajada de Polonia en Buenos Aires. Además, durante la inauguración de la exposición se proyectó un documental inédito y por única vez sobre su vida y obra que exploran la trayectoria de esta notable artista, una mujer lucida y de libre pensamiento a través de su arte y de sus palabras, nada menos que en el año del Art Decó.

La gran artista polaca de raíces judías vivió su vida como pudo, escapándose de dos países en guerra. Y también como quiso entre el arte, el lujo, el glamour y la aristocracia: pasó de Polonia, su país natal, a París. Pero, ante el avance de la Revolución rusa y, sobre todo, el nazismo, debió cambiar de continente y se instaló en los Estados Unidos. Más tarde se fue a México, donde murió en 1980. Mucho antes se había casado con el hombre que había tenido hija, Kizette, también mantuvo relaciones con otras mujeres y volvió a apostar al amor en un hombre acaudalado que le había encargado un retrato para su amante.

Libertad de la mujer

Sin embargo, Lempicka siempre bregó por la libertad de la mujer, por la igualdad de derechos y por el lesbianismo, por los retratos y los desnudos que la consagran como una artista de vanguardia que atrapó a distintas generaciones durante más de cien años.

Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.

Influenciada por el cubismo, sus obras fueron subastadas en millones de dólares en prestigiosas casas como Christie’s y Sotheby’s. Incluso, fue musa de celebrities de Hollywood como Barbra Streisand, Madonna y Jack Nicholson, entre otros, fanáticos de vida y de sus obras.

La muestra está organizada por el Museo Judío de Buenos Aires - Templo de Libertad, perteneciente a la Red de Fundación Judaica, junto a la Embajada de Polonia en Buenos Aires, quien aportó las réplicas de las obras de Lempicka para la exposición.

Las obras estarán exhibidas hasta el 9 de septiembre (habrá que ingresar mostrando el pasaporte o DNI previo al pago de un bono contribución) pero no habrá otra proyección del documental. “Es una muestra internacional muy grande. En 2024 estuvo en dos museos grandes en Estados Unidos: en el Museo de San Francisco y el de Houston. Ahora llega a Buenos Aires y a otros museos del mundo junto con el documental ‘La historia real de Tamara de Lempicka y el arte de sobrevivir’, de Julie Rubio. Es revelador”, asegura Tamara Kohn, directora del Museo Judío.

La muestra cuenta la reproducción de una veintena de las obras más emblemáticas de Tamara de Lempicka, en colaboración con la embajada de Polonia en Argentina. Son réplicas de los mejores retratos de la pintora polaca, ya que los originales se encuentran en poder de coleccionistas privados. La mayoría de los retratos exhibidos pertenecen a los años 20, teniendo al Art Decó como emblema.

Sobresale el legendario autorretrato de De Lempicka conduciendo una Bugatti verde (1929), antes de producirse el crack financiero de 1930, en el que se observa a una mujer moderna, independiente, segura de sí misma, alejada de los prejuicios por ser mujer y dueña de una impasible mirada, en tiempos en el que conducir automóviles de lujo eran exclusivos para hombres adinerados. Todo un síntoma de cómo se vivía en aquella época.

Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.

“La chica de los guantes” (1930) es otro de los retratos famosos de de Lempicka: un cuadro inolvidable, con muchas réplicas por todas partes, en el que exhibe a una mujer portadora de un vestido color verde esmeralda, a tono con el color de ojos de la joven modelo, portadora de un sombrero blanco. Puro glamour hollywoodense en los años 30.

“Retrato de la Sra. Bush” (1929) es otro de los cuadros “made in de Lempicka” que lucen en el Museo Judío y pertenece a una colección privada. Se trata de un encargo que Rufus Busch, un poderoso empresario petrolero estadounidense y propietario de los rascacielos Bush Tower, en Nueva York, le hizo a Tamara sobre su prometida Joan Jeffrey, quien luce un espectacular vestido color rojo furioso. Detrás, se observan algunos los rascacielos de Manhattan, algo característico en varias de sus obras.

El cuadro sería un regalo de bodas. Con esta pintura, de Lempicka viajó por primera vez a los Estados Unidos. Tras el divorcio de los Bush, la obra quedó en el olvido por más de 60 años hasta que en 2004, Christie’s lo vendió en una subasta récord de 4.600.000 dólares.

Hay más de de Lempicka para disfrutar en el Museo Judío, como el retrato que le hizo a su hija Kizette con vestido rosa (1926), todo un símbolo maternal que la artista expresaba a su amada hija a través de sus pinturas. El original se encuentra en el Museo des Beaux-Arts de Nantes (Francia).

Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.

También hay otro de “Adán y Eva” (1931), perteneciente a una colección privada. Para representar a Adán, la artista convocó a un policía que conoció en las calles de París. Mientras, una modelo profesional personificó a Eva. De Lempicka consideraba a este cuadro como uno de sus mayores logros. En alguna ocasión, la cantante estadounidense Barbra Streisand había comprado el cuadro original.

El documental

“Primero fue la muestra, nuestra idea, después descubrimos que hay un documental que cuenta la historia de vida de Tamara de Lempicka y de todo el proceso de arte. Nos pareció muy interesante”, reveló Alicja Tunk, agregada Cultural de la Embajada de Polonia.

La cinta, de una hora y media de duración, explora la vida y obra de Tamara de Lempicka como nunca se la vio, y exhibe aspectos poco conocidos de la inolvidable artista. Cuenta con contribuciones de la actriz estadounidense Anjelica Houston, narraciones de críticos del arte y de sus familiares directos al estilo hollywoodense.

Muchos de los datos e historias que se encontraban escondidas son motivos de ocultamiento sino de supervivencia, también de resiliencia como mujer y como artista. Según cuenta el documental, Tamara Rosalia Hurwitz (no Gurwik-Górsk ) nació en Varsovia (Polonia), en 1894 y no en 1898 como se creía. Su padre se llamaba Boris Gurwik-Górsk, un exitoso abogado judío de origen ruso, y su madre, Malwina Dekler, perteneciente a la aristocracia judeo-polaca.

Tamara se hizo famosa por retratar a la alta sociedad parisina al igual de las salidas nocturnas, las fiestas, orgias y la bisexualidad que comenzaba a experimentar forman parte de los mitos de esta gran artista.

Además de ocultar su nombre, también escondía su identidad judía, aspecto característico de la época ante el avance del antisemitismo y la persecución nazi que imperaba en el Viejo Continente, antes y durante la Segunda guerra Mundial (1939-1945). Este es uno de los principales motivos de la exposición en el Museo Judío.

Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.

“Tamara tenía un antecedente de identidad judía oculta, con bautismos en la familia y con luchas con esa identidad judía compleja muy típica de principios del siglo XX: para poder ser parte del mundo y de la escena artística había que bautizarse y ser cristiano. Eso tiene que ver con esa identidad muy compleja: termina yéndose por la persecución del fascismo en Europa y termina siendo exiliada”, recuerda Kohn.

En 1929 se divorció de Tadeusz Lempicka, incluso, le borró el anillo de casado en uno de los retratos que le hizo y se exhibe en el Museo Judío. Ese mismo año, conoció al barón húngaro Raoul Kuffner, el principal coleccionista privado de su obra.

En 1939, poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, De Lempicka y el barón Kuffner se mudaron de París a los Estados Unidos, donde plasmó su mundo Art Decó europeo a la cultura americana, logrando un rotundo éxito al retratar a empresarios, aristócratas y estrellas de Hollywood. Hacia grandes fiestas en su casa en California, también se rodeaba con Salvador Dalí, Orson Welles, Greta Garbo y Rita Hayworth. Por su estilo de vida y por sus obras, la llamaban la “diva del Art Decó”.

Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.Tamara de Lempicka, en el Museo Judío. Foto: gentileza.

Sus exposiciones bajo este estilo provocaron un gran fervor en galerías y en museos en Los Ángeles, Houston y en Nueva York, logrando una profunda admiración por sus obras de gran impacto. Por eso, muchos de sus cuadros fueron subastados a precios récord para la época o vendidos a coleccionistas privados.

Tamara de Lempicka, en el Museo Judío (Libertad 769) de lunes a viernes de 10 a 18. Cerrado feriados nacionales y judíos. Hasta el 9 de septiembre.

Clarin

Clarin

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow