La épica explosión de David de Miranda conmociona Málaga: Roca Rey va desnudo

Y David de Miranda convirtió La Malagueta en un volcán con una explosión ojedista, un épica brutal, conmovedora. Un triunfo aplastante con tres orejas arrancadas con un valor sin fisuras. Su golpe en la mesa de Roca Rey le puso la tarde cuesta arriba al astro peruano, pisando su mismo terreno. De tal modo que fue incapaz de remontar, quedándose desnudo. Un repaso, se decía antiguamente. De la fuerte, fea, altona y correosa corrida de Victoriano del Río, la fortuna sonrió a Manuel Escribano, que consiguió dos trofeos -uno y uno-, insuficientes por el nuevo Reglamento andaluz para acompañar a hombros al titán onubense.
A las 19.31 horas arrastraban las mulillas a Jaceno con toda su excelencia a cuestas entre el jaleo de una plaza que pedía la segunda oreja -"¡otra, otra!"- para Manuel Escribano, sustituto de Cayetano. Una bastó y no digo que sobró por la voluntad. No hubo prácticamente nada, habiendo un montón de cosas físicas, a la altura de un toro espiritual. Que ya salió con un tranco descolgado, el ritmo carísimo bajando por el tobogán de su portentoso cuello, ese son. No sólo colocaba la cara, sino que se abría en los vuelos. De lo que menos hubo en la faena de Escribano, precisamente, fueron vuelos. Un montón de esforzados pases trazando órbitas periféricas. El colofón de las manolas y un espadazo trasero y caído. Un oreja, "¡otra, otra!" y el arrastre clandestino de Jaceno, el toro de la tarde. Por hechuras y fondo.
En las antípodas se movió el toro de Roca Rey, marcando pronto querencias, preñado de genio. Un manso revenido. RR dio la cara y tragó en una faena que abrió erróneamente por estatuarios: las puertas del campo abiertas, un lío sin gobierno y un ¡ay! encadenado. Cuando lo gobernó en serio en su derecha, protestó el cabroncete, que al sentirse podido se rajó y se fue donde siempre quiso, a chiqueros. Un arrimón -circulares invertidos- y un esfuerzo. A las 19.59 recogió una ovación tras la estocada.
David de Miranda dictó una épica estremecedora con un toro alto como un caballo, de imposible humillación, un mulo feo y armado al que le ofreció los muslos y el pecho. Tanto, que a veces parecía que iba a citar con el corbatín. Aquello viajaba ajeno a la entrega por el palillo, echándole el vaho de su aliento en los alamares plateados de su vestido blanco. Obedecía en el último instante de cada embroque. La escena con los pitones en el pecho rememoraba a Paco Ojeda asomándose al balcón, al abismo. Fue una faena claustrofóbica de espacios anulados, una estatua al valor. Unas manoletinas asfixiantes y un estoconazo delantero que explosionó la plaza. Como una erupción el clamor. A las 20.25 el palco sacó los dos pañuelos a la vez, a la verdad puesta en pie. Este Miranda de 2025, ya triunfador de Sevilla, viene pidiendo un sitio a golpe de epopeya.
A las 20.40 Manuel Escribano volvió a irse a portagayola, y volvió a banderillear con poderío, y volvió a sortear un buen toro, pero no tanto. Muy alto también -como el tercero- pero con la fijeza y la intención de hacerlo bien. Noble sin las excelencias del anterior de su lote. Escribano lo toreó y mató con contundencia. Y así cortó otra oreja.
Si la tarde iba con una demora bíblica, la devolución precipitada del quinto sumó sus minutos hasta superar las tres horas. El sobrero de Toros de Cortés -cinqueño como 1º, 2º y 5º- era un tío, un toro de Bilbao. Inexplicable gol al equipo de Roca Rey -qué gestión de 2025, en eso también va desnudo ahora mismo-, la máxima figura. Necesita reiventarse un tipo vital para la tauromaquia. La guinda de la altona corrida de Victoriano del Río. Careció de entrega, clase y ritmo, aunque por momentos fue un espejismo por el izquierdo. Mentira. RR quiso con más denuedo que frescura. Pero la cosa es que las líneas rojas no las pasó. Esa las pisó David de Miranda. Se atascó el peruano -después de dos desarmes- también con la espada. Hasta los dos avisos.
A últimas David de Miranda, ya con todo ganado, apostó otra vez la vida sobre el tapete. Agarró un volteretón espeluznante y amarró una tercera oreja con un toro de tanta seriedad interior como exterior para salir por la puerta grande a las 22.15 de la noche. Con toda su gloria y entereza a cuestas.
PLAZA DE LA MALAGUETA. Martes, 19 de agosto de 2025. Sexta de feria. Lleno de "no hay billetes". Toros de Victoriano del Río, tres cinqueños -1º, 2º y 5º-; y un sobrero de Toros de Cortés (5º bis); de altonas hechuras, feos, más fuertes en su segunda mitad; extraordinario el más bajo 1º; bueno el 4º; un mulo el 3º; manso desbrido el 5º bis; serio el 6º.
MANUEL ESCRIBANO, DE VERDE MANZANA Y ORO. Estocada trasera y caída (oreja y petición); estocada pasada (oreja).
ROCA REY, DE NEGRO Y ORO. Estocada (saludos); media, tres pinchazos, estocada y dos descabellos. Dos avisos (silencio)
DAVID DE MIRANDA, DE BLANCO Y PLATA. Estocada delantera (dos orejas); estocada caida y delantera (oreja). Salió a hombros.
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