Las Ventas: Dos toreros a la enfermería en los dos primeros toros

La tarde estuvo marcada por los dos percances que inauguraron el festejo. Los dos al entrar a matar a los dos primeros toros. Luis David Adame y José Fernando Molina se encontraron en la enfermería. Volvieron de ella con una entereza admirable: las volteretas habían sido duras.

El derrote en el pecho de Luis David Adame tuvo el sonido del desgarro del cuero. Helador. Las asistencias se lo llevaron rápidamente con la preocupación de su hermano que corría tras ellos. Tardaron en llegar las esperanzadoras noticias, se trató de un pitonazo que recorrió el pecho pero que no entró en el tórax. Pendiente de estudio radiológico el pronóstico reservado que no le impidió continuar la lidia.

En cuanto a José Fernando Molina, el parte de los doctores García Padrós y García Leirado recoge que sufrió "una herida por asta de toro en región inguinal izquierda de 10 cm que alcanza en cara lateral de pene y presenta orificio de salida" y "un puntazo corrido con hematoma en cara interna del tercio distal del muslo derecho". Molina fue intervenido con anestesia local y, también con pronóstico reservado, volvió al ruedo.

Cada uno regresó ataviado como pudo. Adame, con un vendaje bajo la chaquetilla que sujetaba todo su pecho en forma de x. Molina, en pantalones vaqueros y sin chaquetilla. La afición valoró su gesto con una fuerte ovación. Ambos se fueron a la puerta de chiqueros a recibir de rodillas a sus respectivos toros.

El mexicano Adame había estado muy molesto por el viento en ese toro -de mayor movimiento que clase, algo irregular-. Con el cuarto -ataviado con un vendaje en el pecho- se mostró muy entregado: se fue a recibirlo a porta gayola. Faena larga, en una centrada labor, ante un codicioso toro de Valdefresno. Todo lo realizado se malogró con la espada.

Fue una tarde heroica. José Fernando Molina resultó cogido al entrar a matar al flojo tercero, que tuvo buena clase pero al perder tanto las manos no hubo opción de lucimiento. Lo recogió en el suelo infiriéndole la citada cornada de 10 centímetros en región inguinal afectando al pene también. Regresó de la enfermería con una tremenda actitud.

Molina recibió de rodillas al cuarto. Firmó momentos muy emocionantes en un inicio de rodillas, así como en el profundo toreo por el pitón derecho. Primero más ligado para torear de uno en uno en el final. Toro humillador. Los aceros afearon la actuación. Los cicateros le racanearon la vuelta al ruedo.

Completó la terna Christian Parejo que durante unos minutos que fue el único matador en el ruedo mientras sus compañeros estaban en la enfermería. Dio una seria imagen ante un lote con opciones. Enclasado el tercero al que toreó muy bien al natural y exigente el manso encastado sexto con el que se impuso. Gustó la imagen general dada por el gaditano forjado en Francia.

Madrid se acordó de Manolo Lozano en un emotivo minuto de silencio. Entrada muy floja tras el exitoso San Isidro.