Oráculos de la IA: el boom de libros que interrogan a una inteligencia artificial que quizá temamos

“La imprecisión del lenguaje literario es metafórica, y la del lenguaje matemático, estadística”, leemos en Cálculo de metáforas. La confluencia de lengua y matemática en el siglo XXI (Debate/La Magrana), de Lluís Nacenta. Y añade: “Nada parecía más alejado que la metáfora y la estadística hasta que los grandes modelos de lenguaje de la inteligencia artificial hallaron una correspondencia asombrosa entre ellas”. Se trata, según el prestigioso comisario de proyectos de arte y ciencia, del regreso de la unión entre las matemáticas y la literatura, que se separaron con la publicación en 1687 de los Principios matemáticos de la filosofía natural, de Isaac Newton.
De ser así, si se abre realmente una nueva época de diálogo entre las humanidades y las ciencias puras, la proliferación de libros sobre inteligencia artificial sería una prueba de ello. El de Nacenta destaca por la autoridad políglota de su autor: es matemático, músico y doctor en Humanidades. “Pero yo no quería escribir un libro sobre IA, sino una mirada sobre el mundo contemporáneo a partir de los modelos de lenguaje, sobre lo que su existencia revela acerca de nuestro deseo colectivo”, cuenta durante en una visita a la instalación Interfícies sensibles en el Pabellón Mies van der Rohe, una serie de dispositivos para sentir la música en la piel diseñados por exalumnos del Màster en Innovació Audiovisual i Entorns Interactius, en el marco del programa SonarMies.
“Con la IA la información fluye desde el futuro al presente y no desde el pasado, como hasta ahora”Si Isaac Newton publicó ese libro por consejo de su amigo Edmund Halley, Lluís Nacenta lo ha hecho por la insistencia de Judit Carrera, la directora del CCCB: “He escrito toda la vida, pero no me había decidido a escribir un libro y fue gracias a ella, tras la experiencia de comisariar con el BSC la exposición IA: Inteligencia Artificial. Y he comprobado la fuerza de la publicación, el libro concreta ante la opinión pública que eres una persona que genera discurso”.
Paradójicamente, hoy se publican a cada minuto miles de libros escritos por sistemas artificiales. El año pasado la multinacional Amazon tuvo que limitar a tres libros los que un autor puede publicar cada día: 1.095 al año. El nuevo fenómeno es el plagio de obras con el mismo título y nombre en la portada, pero con el contenido generado con ChatGPT u otros sistemas, que ha sido ya denunciado por varios autores canadienses. Por suerte, las librerías son casi inmunes a esa plaga y sólo Hipnocracia (Rosamerón), resultado de conversaciones entre Andrea Colamedici con ChatGPT y Claude, ha llegado a sus mesas de novedades este primer semestre del año.
El resto han sido sólo títulos escritos por inteligencias naturales, como La manzana de Turing (Kairós), del profesor José Ramón Jouve Martín, una historia cultural con énfasis en obras literarias que desde la Antigüedad han tratado los simulacros de vida; La Imaginación Artificial. La imagen más allá de la imagen (Cátedra), de Josep M. Català y Jorge Caballero, que aborda desde la filosofía y la teoría visual los desafíos de interpretar esas nuevas “imágenes estructurales”, ni figurativas ni abstractas, que brotan de los prompts en Midjourney o Dall-e; o La vida espectral. Pensar la era del metaverso y las inteligencias artificiales generativas (Caja Negra), de Éric Sadin, el tecnoapocalíptico francés al que cada día le dan la razón las noticias que llegan de las plataformas.
El investigador vasco Daniel Innerarity ha ganado la última edición del premio Eugenio Trías de Ensayo con el que tal vez sea el libro más ambicioso sobre el tema que ha publicado un autor en español: Una teoría crítica de la inteligencia artificial (Galaxia Gutenberg). Se trata de un análisis sistemático de la razón algorítmica, que piensa sin optimismo ni pesimismo, con rigor y datos y conocimiento teórico y mucho sentido común las cuestiones clave: estética, datos, predicción, tecnología, automatización, transparencia, gobernanza, justicia, democracia.
Abundan en el libro las afirmaciones contraintuitivas y cargadas de razón: “La automatización es una de las mayores conquistas de la historia de la humanidad”; “la democracia y la digitalización son dos procesos que coevolucionan”. Y también nos plantea escenarios desafiantes: “La nueva inteligencia artificial está construyendo una arquitectura en la cual la información comienza a fluir desde el futuro hacia el presente, y no desde el pasado hacia el presente, como ha sido hasta ahora”. Por tanto: “¿Cómo será una sociedad oracular y no archivística?”.
Paradójicamente, hoy se publican a cada minuto miles de libros escritos por sistemas artificialesLeyendo todos esos libros uno tiene la sensación de que estamos en un momento de más preguntas que respuestas. Y que hay que definir un espacio sin prejuicios desde el que formular nuestros nuevos interrogatorios.
“Interrogar hoy a la inteligencia artificial es interrogar a la humanidad”, asegura el autor de cómic francés Marc Antoine Mathieu. Ha publicado dos impresionantes novelas gráficas de ficción sobre la conciencia en la época de la singularidad algorítmica, Deep me y Deep it (ambos en Salamandra Graphic), porque siente que “la IA, nuestro monstruo, es un síntoma de que vivimos en una época de transformaciones mayores, tan significativas como las que tuvieron lugar durante el Neolítico, cuyo mayor desafío van a ser los sistemas artificiales, un espejo que nos va a revelar qué somos realmente los seres humanos”.
Su capacidad de cálculo y análisis, su exactitud, asegura el artista, la va a convertir también en “un poderoso instrumento de vejación”. Por extensión, afirma, los humanos “vamos a temer a la IA por las mismas razones que antaño temimos a Dios”.
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