Violencia política y económica: flagelo que genera riesgos para las empresas

Colombia atraviesa un escenario complejo donde las tensiones políticas y sociales comienzan a escalar su impacto en la estabilidad empresarial. Así lo revela el más reciente informe de Allianz Commercial, que identifica a la violencia política como el principal riesgo que enfrentan hoy las compañías que operan en el país.

Con un total de 1.666 protestas registradas en 2024, Colombia lidera el número de manifestaciones en Sudamérica, y se ubica en el puesto 16 a nivel global en eventos de violencia política y aunque la cifra representa una reducción del 19,5% frente a 2023, el país sigue siendo un punto crítico en el mapa de riesgos regional, advierte el documento.

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Uno de los puntos que llama la atención es que las empresas sienten el impacto directo, ya que según la encuesta realizada por Allianz, el 63% de las compañías colombianas considera que la agitación civil, protestas, bloqueos, disturbios, es su mayor amenaza política, por encima del promedio global.

Además, un 48% teme actos de terrorismo o sabotaje y un 47% señala la creciente polarización social como un factor de riesgo operativo.

Este clima de incertidumbre no solo afecta la percepción empresarial, sino que comienza a traducirse en consecuencias reales para la operación diaria de firmas grandes y medianas. Sectores como energía, manufactura, agroindustria, retail y tecnología han reportado interrupciones en sus cadenas de suministro, daños a instalaciones, bloqueos prolongados, y cierres forzados de sedes y plantas productivas.

“Lo que antes eran riesgos periféricos ahora son amenazas centrales para la operación y continuidad del negocio”, señala el informe, en el que Allianz también advierte que el entorno actual requiere revisar planes de contingencia, actualizar pólizas de seguros y fortalecer los protocolos de seguridad física y comunicación de crisis.

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Cabe destacar que si bien este fenómeno no es exclusivo de Colombia, el país presenta un nivel de exposición mayor al promedio de la región, ya que en América Latina, el 59% de las empresas considera la violencia civil como su mayor riesgo político, mientras que el promedio global es del 51%. Países como Argentina, Brasil, México y Perú también han experimentado picos de tensión, particularmente en coyunturas electorales o tras reformas impopulares.

“En el caso colombiano, sin embargo, hay factores adicionales que agravan el panorama. Allianz resalta que la combinación de inestabilidad fiscal, falta de reglas de juego claras y polarización creciente está generando un clima que puede disuadir inversiones en sectores estratégicos. Se trata de un riesgo no solo operativo, sino reputacional, que impacta decisiones de largo plazo”, acotaron.

Los eventos de 2021, con paros nacionales extendidos, bloqueos a puertos, ataques a infraestructura y cierres en ciudades clave, dejaron una huella profunda en las áreas de gestión de riesgos corporativos y a pesar de esos antecedentes, muchas compañías aún no han ajustado del todo sus planes de prevención ante escenarios similares.“Las empresas deben prepararse para operar en entornos donde la volatilidad social y política no es la excepción, sino parte del contexto habitual”, subraya Allianz, quien puso varias recomendaciones sobre la mesa, comenzando por evaluar vulnerabilidades específicas, establecer mapas de riesgo por zona, revisar coberturas de seguros para violencia política, y establecer redes de apoyo con autoridades y comunidades locales.

“El llamado final es claro: la resiliencia empresarial en Colombia dependerá, en buena parte, de la capacidad de anticipar y gestionar estos riesgos con una visión estratégica. La violencia política, hoy más que nunca, ha dejado de ser un asunto solo estatal y pasó a ser un desafío central del entorno económico nacional”, concluyeron.​