Irán, a la sombra de la guerra con Israel, ha cerrado un acuerdo con la unión gobernada por Rusia

- Moscú ha sido durante mucho tiempo un socio comercial y de inversión clave para Irán, y el nuevo acuerdo profundiza su relación estratégica.
- Irán está fortaleciendo la cooperación con la Unión Económica Euroasiática, abriendo su economía a las importaciones del bloque y reduciendo los aranceles promedio del 20 por ciento al 4,5 por ciento.
- Teherán también está tratando de fortalecer su posición como un potencial centro logístico para Eurasia mediante la expansión del corredor Norte-Sur y el apoyo ruso.
En mayo de 2018, Irán firmó un acuerdo de libre comercio provisional con la Unión Económica Euroasiática (UEEA), que entró en vigor a finales de 2019. Aunque originalmente estaba previsto que expirara en octubre de 2022, en marzo de ese mismo año se firmó en Teherán un protocolo especial que extendió su validez por otros tres años.
El 15 de mayo de 2025, finalizó el período de transición y se firmó un acuerdo comercial permanente. Este acuerdo introdujo un régimen simplificado de importación para las mercancías de los países de la UEEA a Irán y redujo significativamente el arancel aduanero promedio, del 20 % al 4,5 %. Según Alexei Overchuk, viceprimer ministro de la Federación Rusa, este acuerdo podría ahorrar a los exportadores rusos aproximadamente 300 millones de dólares anuales en gastos de envío.
El nuevo acuerdo prevé reducciones arancelarias para el 90% de todas las categorías de productos comercializados, lo que se espera que aumente el comercio entre Irán y la Unión Económica Euroasiática a aproximadamente 12 000 millones de dólares en 2030. A modo de comparación, según datos oficiales citados por Reuters, a finales de 2024, el comercio entre Rusia —con diferencia la mayor economía de la Unión Económica Euroasiática— e Irán aumentó un 16% interanual, alcanzando los 4 800 millones de dólares. En aquel momento, Rusia era el tercer mayor exportador de cereales a Irán. Cabe destacar que Irán ha desempeñado un papel importante en el apoyo al esfuerzo bélico de Rusia en Ucrania desde 2022, en particular mediante el suministro de drones aéreos (Shahid, o Geran en la versión rusa).
Según el ministro iraní de Petróleo y Gas, Mohsen Paknejad, el acuerdo concluido debería contribuir a un mayor crecimiento del intercambio comercial ya en 2025, hasta el nivel de 6 mil millones de dólares.
Beneficios potenciales para IránIrán espera obtener beneficios tangibles del acercamiento a la Unión Económica Euroasiática (UEA). Cabe destacar que esta es la primera iniciativa en décadas en la que Teherán abre su economía a la entrada de bienes de terceros países . Esto se debe tanto al actual régimen de sanciones impuesto por los países occidentales —particularmente severo después de 2011— como a su creciente dependencia de China, que en los últimos años se ha convertido en un receptor clave del crudo iraní. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), en mayo, las refinerías chinas procesaron casi el 90 % de todas las exportaciones de crudo iraní.
También cabe destacar el llamado Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (NSTC), que tiene el potencial de posicionar a Irán como un centro logístico clave en la región euroasiática . El objetivo principal del proyecto es conectar los puertos de la India en el océano Índico, a través de Irán y el mar Caspio, con Rusia y su puerto de San Petersburgo. La variante terrestre prevé una ruta a través del Cáucaso, Armenia y Azerbaiyán.
Aunque la iniciativa se lanzó en el año 2000 (con la ratificación del acuerdo fundacional por parte de India, Irán y Rusia), solo ahora está adquiriendo verdadera relevancia. Teherán espera que el proyecto impulse ventas al exterior limitadas, principalmente para empresas de los sectores agrícola, industrial y energético, que podrían beneficiarse de la reducción de los costos de exportación. Un beneficio adicional es la posibilidad de atraer el capital extranjero necesario para expandir la infraestructura vial, ferroviaria y marítima. India ha declarado inversiones multimillonarias en la expansión del puerto iraní de Chabahar.
La tercera categoría de beneficios para Teherán es la posibilidad de escapar, al menos parcialmente, del aislamiento internacional y del régimen de sanciones estadounidense, al que Irán ha estado sometido , en diversos grados, desde la Revolución Islámica de 1979. La participación en el EAUG y el proyecto del corredor de transporte ofrece una oportunidad única para que las empresas iraníes establezcan alianzas, incluyendo empresas conjuntas, intercambien conocimientos técnicos y, sobre todo, transfieran tecnología. Esto último es esencial para la modernización de sectores económicos clave como la energía, el procesamiento y el transporte, que, debido a años de atraso, han obstaculizado significativamente el desarrollo del país.
Irán y Rusia: ¿socios estratégicos o pasajeros ocasionales?Rusia e Irán han cooperado estratégicamente durante mucho tiempo, cuya última manifestación es el acuerdo de libre comercio con la Unión Económica Euroasiática (UEA). Sin embargo, esta relación, descrita con cierta exageración como una alianza, ha presentado serias fisuras durante la guerra entre Irán e Israel. Esto se evidencia, por ejemplo, en la postura oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso sobre el reciente ataque de Israel a Irán. Sergei Lavrov advirtió a Teherán sobre la posibilidad de un conflicto prolongado, al tiempo que declaraba la neutralidad del Kremlin y una clara falta de disposición a participar activamente en acciones militares .
De igual manera, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), liderada por Rusia y China, e incluyendo a Irán, se limitó a emitir un comunicado en el que afirmaba que sus Estados miembros "expresan profunda preocupación" por la escalada de tensiones entre Irán e Israel y "condenan enérgicamente los ataques militares perpetrados por Israel" en territorio iraní. Sin embargo, estas declaraciones no fueron seguidas de ninguna acción.
La postura de Rusia contrasta con la de China, que en una situación similar –un conflicto abierto entre India y Pakistán esta primavera– proporcionó apoyo militar a Islamabad a finales de abril.
Debido a la guerra en curso en Ucrania y a sus propias limitaciones técnicas, Rusia podría no haber podido apoyar a Teherán. El comportamiento de Moscú también puede explicarse en parte por la creciente insatisfacción con la estructura actual de los flujos comerciales con Irán. El viceprimer ministro Alexei Overchuk enfatiza que los principales beneficiarios del nuevo acuerdo comercial serán los productores rusos de alimentos, papel, estructuras metálicas y equipos de radar. Solo esta última categoría indica vínculos con la industria armamentística rusa, que contaba con importantes contratos con Irán en el primer semestre de 2025, según informó Arkady Mil-Man, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv, entre otros. Sin embargo, los pedidos esperados no llegaron.
La industria rusa, que depende en gran medida de la contratación pública, opera en una economía de guerra. Esto hace crucial la búsqueda de nuevos mercados para garantizar que el eventual fin de las hostilidades en Ucrania no desemboque en una grave crisis económica. Las recientes tensiones en Oriente Medio han dado al Kremlin la esperanza de aumentar las exportaciones de armas a países en conflicto y de mantener altos los precios de la energía. Irán, al menos por ahora, no ha mostrado interés en aumentar las compras.
Se ha especulado que el petróleo crudo, crucial para la economía rusa, podría alcanzar precios de hasta 100 dólares por barril, por ejemplo, en caso de un posible cierre del Estrecho de Ormuz , por donde fluye más del 20% del comercio mundial de petróleo. Sin embargo, ninguno de estos escenarios se ha materializado, por lo que no se prevé un aumento drástico del valor del comercio ruso-iraní .
El carácter oportunista de la política exterior rusa hacia Irán también se refleja en la conciencia de que Teherán no se convertirá en una alternativa comercial viable para los socios occidentales de Moscú en el futuro próximo. El volumen comercial actual entre ambos países sigue siendo relativamente bajo, muy por debajo del comercio de Rusia con China, India y Turquía.
Esta relación parece diferente desde la perspectiva de Teherán. Rusia sigue siendo un importante inversor en Irán , y sus empresas estatales implementan proyectos estratégicos en los sectores energético (incluida la construcción de una central nuclear conjunta) y transporte (la expansión de la infraestructura ferroviaria).

En este último ámbito, a pesar de la difícil situación económica derivada de la guerra en Ucrania, Rusia decidió a finales de 2024 conceder a Irán un préstamo de exportación para la ampliación de la línea ferroviaria Rasht-Astara. Además, más del 95 % de las transacciones comerciales bilaterales se liquidan ahora en monedas nacionales, lo que forma parte de un proceso más amplio de desdolarización, en este caso impulsado por las sanciones estadounidenses. Cabe prever que la cooperación interbancaria directa también cobrará importancia en un futuro próximo.
Así pues, las relaciones ruso-iraníes parecen oscilar entre la asociación estratégica y la cautela calculada . Su futuro dependerá no solo de los intereses económicos compartidos, sino también de la disposición de ambas partes a asumir riesgos políticos reales, algo que, más allá de las declaraciones, aún falta.
wnp.pl