El fundador de un imperio de cosméticos ha fallecido, dejando una fortuna de 15.600 millones de dólares.

Creó un imperio con un puñado de polvos y una enorme pasión. Leonard Lauder, visionario del mercado cosmético y filántropo con pasión por el arte, falleció a los 92 años. Un hombre capaz de convertir un frasco de perfume en una historia de lujo y sueños ha fallecido.
Leonard Lauder creció a la sombra de frascos fragantes y muestrarios de perfumes. Su madre, la legendaria Estée , lo llevaba a conocer a los dueños de boutiques de niño; absorbió el ambiente de las ventas y comprendió intuitivamente lo que era la belleza en su versión femenina. Cuando se unió al negocio familiar en 1958, la compañía contaba con pocos empleados y apenas superaba el millón de dólares en ventas anuales.

Hoy, Estée Lauder Companies es una corporación global que opera en 150 países, con ingresos anuales de 15.600 millones de dólares y marcas en su portafolio como La Mer, Clinique, MAC y The Ordinary. Pero antes de que el mundo se enamorara de este logotipo, Leonard Lauder tuvo que arriesgarse, ser valiente y tener una pizca de intuición brillante.
Visionario de la cosméticaNo solo fue un empresario, sino también un pionero. Abrió el primer laboratorio de investigación y desarrollo de la empresa, la sacó a bolsa en 1995 y se adentró con valentía en los mercados asiático y europeo. Siempre vestía camisa blanca en la oficina, pero sus creaciones estaban llenas de color y expresión. No es de extrañar que la modelo Elizabeth Hurley lo llamara "American Daddy" (papá americano), y que Steve Forbes dijera tras su muerte: "Es una pérdida para el mundo".
Coleccionista de arte y filántropoTambién acumuló una de las colecciones de cubismo más valiosas del mundo, valorada en mil millones de dólares, y la donó al Met de Nueva York. Y nunca olvidó que la belleza también es salud: fue un pilar de la Fundación para la Investigación del Cáncer de Mama.
Leonard Lauder no solo era la cara visible de su empresa. Era su alma.
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