La gestión ineficiente de las escuelas públicas contribuye a la escasez de docentes
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El documento de investigación 'Necesidades de docentes: ¿déficit o ineficiencia en la gestión de la oferta docente?', hecho público hoy, concluye que la actual falta de docentes se debe en parte a la ineficiencia de estos procesos.
Entre los factores que podrían justificar la escasez de profesores en las escuelas públicas, EDULOG, centro de estudios en educación de la Fundación Belmiro de Azevedo, apunta la organización de la red de abastecimiento escolar. La red presenta una gran disparidad en la distribución de los alumnos, teniendo alrededor del 40% de las escuelas en Portugal continental menos de 15 alumnos y el 26% menos de 10 alumnos, distribuidos en los diferentes años de los ciclos escolares.
En el caso del tercer ciclo de Educación Básica, en particular, se observa una tendencia al aumento del número de escuelas con menos de 15 alumnos –es decir, cinco alumnos por año de escolaridad–, como consecuencia del descenso demográfico registrado en la mayoría de las regiones del continente.
En Educación Secundaria, el escenario es aún más alarmante, con alrededor del 50% de los cursos profesionales ofrecidos por las escuelas públicas con menos de 15 alumnos matriculados, lo que representa un desperdicio de recursos, especialmente docentes y dinero público.
Como respuesta a este reto, EDULOG recomienda una mejor organización y el cumplimiento del criterio de complementariedad entre escuelas de un mismo municipio o de un grupo de municipios vecinos, así como la integración del 1º y 2º ciclo en un único ciclo correspondiente a la Educación Primaria –como ocurre en otros países–, con el fin de reducir la dispersión de la oferta docente.
Por otro lado, la proporción entre alumnos matriculados y número de docentes en la educación pública también se destaca como uno de los desafíos que incide en la necesidad actual de docentes. Según EDULOG, en los últimos 10 años (entre 2014 y 2023), el sistema educativo perdió alrededor de 117 mil estudiantes y ganó más de 9 mil docentes, escenario que generó desequilibrios en la proporción entre el número de estudiantes matriculados y el número de docentes de la educación pública. Con excepción de Infantil, que registra un ligero incremento, todos los demás niveles educativos experimentan un descenso en el número de alumnos matriculados, destacando en 1º y 3º ciclo y Secundaria un aumento en el número de docentes.
En comparación con la realidad de otros países, el sistema educativo portugués parece estar en una situación aparentemente favorable en el 1er y 2º ciclo, donde hay una ratio de un profesor por cada 12 alumnos, pero está muy desregulado en el 3er ciclo y en la enseñanza secundaria –tanto en los cursos científico-humanísticos como en los profesionales–, donde hay una ratio de un profesor por cada 8 o 9 alumnos.
Este desajuste entre la oferta educativa y las tendencias demográficas se explica, según EDULOG, por el exceso de oferta y/o la ineficiencia en la gestión de la red escolar. Las cifras revelan, por ejemplo, que en educación Infantil y Básica (1º, 2º y 3º ciclos) alrededor del 30% de las clases no respetan el número mínimo de alumnos por clase estipulado por la ley, siendo el tamaño medio de las clases totales de 20 alumnos. En el caso de la Educación Secundaria, esta proporción oscila entre el 30% en carreras científico-tecnológicas hasta el 79% en carreras profesionales.
Otro punto de análisis del estudio EDULOG se refiere a la forma en que se forman las clases. Aquí el think tank señala un desajuste significativo entre los estándares y criterios definidos por el Ministerio de Educación para la constitución de clases y la realidad existente, particularmente en la constitución de clases para los Cursos Profesionales que, hoy en día, muchas veces tienen un número de alumnos por clase inferior al mínimo legal, en gran parte debido al aumento progresivo de la oferta docente.
Para solucionar este problema, EDULOG apunta a un mayor rigor en la validación de clases, como forma de atender las necesidades de los docentes en el corto y mediano plazo, periodo que es fundamental para que otras medidas –como aumentar el número de alumnos que asisten a cursos de formación docente– puedan paliar el déficit estimado hasta finales de esta década. Otra medida importante está relacionada con la necesidad de una mayor cooperación y complementariedad en la impartición de cursos entre escuelas y grupos de escuelas, ya sean las ubicadas en un mismo municipio o las ubicadas en municipios vecinos que no requieran que los estudiantes recorran distancias muy largas.
Por último, EDULOG destaca la organización del tiempo escolar, es decir, el tiempo de clase, la organización de los horarios semanales, las cargas de trabajo y el calendario anual. En particular, la variación en los tiempos de enseñanza de las unidades curriculares, con duraciones entre 45, 50 y 90 minutos, genera desperdicio, y se podrían obtener ganancias si todas las escuelas adoptaran unidades de 50 minutos: en este caso, por cada 10.000 horarios de 90 minutos, se podrían liberar 181 horarios completos. Por otro lado, Portugal, en comparación con otros países de la OCDE, presenta un número reducido de días lectivos al año, a pesar del aumento observado en los últimos años en las asignaturas impartidas y sus respectivas cargas de trabajo, para los diferentes ciclos educativos, con especial énfasis en la educación secundaria.
Como ajustes necesarios, EDULOG destaca, además de la generalización de las clases de 50 minutos, soluciones como: la estandarización del tiempo escolar obligatorio que no supere las 25 horas; un ligero cambio en el calendario escolar, permitiendo un inicio ligeramente más temprano y un final ligeramente más tarde, como una forma de aliviar las cargas de trabajo previstas en las matrices curriculares; compensar el incremento anual de horas lectivas resultante del punto anterior, con una reducción de algunas cargas de trabajo semanales para las asignaturas cuyo total supere las 25 horas obligatorias.
“Ya no basta con mirar el problema de la necesidad de docentes sólo desde la perspectiva del atractivo de la profesión docente y, en consecuencia, de la creciente dificultad de sustituir generaciones de docentes”, considera David Justino, miembro del Consejo Asesor de EDULOG y autor del estudio. “Lo que nos muestra este nuevo estudio es que el problema es sistémico, y que la respuesta también tendrá que pasar por la creación de mecanismos que permitan utilizar de manera más eficiente los recursos humanos”.
“Necesitamos, por tanto, un modelo de gestión de la escuela pública mucho más estandarizado y eficiente, medida que debe complementarse con un mayor foco en la formación docente –sobre todo en las áreas de conocimiento más críticas–, así como en la creación de mejores condiciones de trabajo y de progresión profesional para los docentes, con el fin de minimizar el impacto de la falta de docentes”, concluye.
jornaleconomico