IPSS: sindicato habla de intransigencia

En declaraciones a Lusa, al margen de una manifestación en Oporto, el día en que los trabajadores de las Instituciones Privadas de Solidaridad Social (IPSS) están en huelga durante un día, el dirigente sindical explicó que la propuesta presentada por el CNIS “mantiene a la mayoría de los trabajadores” ganando el salario mínimo nacional.
“No aceptamos que sigamos, reiteradamente, año tras año, manteniendo a estos trabajadores, que son de suma importancia para la comunidad”, limitados a recibir un salario mínimo, señaló Ana Paula Rodrigues.
Según este sindicalista, el CNIS “ha sido intransigente, sí, pero no ahora, lo es desde hace años”.
“Es intransigente porque siempre presenta propuestas basadas en el salario mínimo nacional y los trabajadores ya no están dispuestos a eso”, advirtió.
Ana Paula Rodrigues dijo que al inicio de las negociaciones, los trabajadores exigieron un aumento salarial de 150 para cada uno: “En respuesta, el CNIS ofreció un aumento de 50 que terminó siendo absorbido en la escala salarial por el valor del salario mínimo”.
Sin embargo, reformulamos la propuesta y dijimos que estábamos disponibles por 80 euros, pero el CNIS también la rechazó. No podemos aceptar que estos trabajadores sigan con este salario mínimo, afirmó.
Paula Santos, trabajadora de un IPSS, así como los cerca de 100 trabajadores que se manifiestan esta mañana en Oporto.
Llevo 14 años trabajando en una escuela con niños. Es un trabajo gratificante, pero agotador, con mucha responsabilidad, largas jornadas y, a fin de mes, llevo a casa el salario mínimo; no es justo», le dijo a Lusa.
La jornada laboral es otro de los temas que ha llevado a los trabajadores del IPSS a salir a las calles, por lo que el CESP exige una semana laboral de 35 horas para todos los trabajadores, y el “derecho a conciliar la jornada laboral con la vida familiar”.
“También tenemos la propuesta de regular la jornada laboral, particularmente en lo referente al descanso adicional, que siempre es dividido en medios días, lo que implica que las instituciones creen horarios que permitan a los trabajadores estar al servicio de las instituciones casi los siete días de la semana”, destacó.
Este es un punto delicado para otra de las trabajadoras presentes en la manifestación: «Es difícil seguir el ritmo de nuestros hijos cuando trabajamos a diario. Terminamos teniendo que seguir el ritmo de los hijos y padres de otras personas y casi abandonando a los nuestros», lamentó Filipa Quintas, quien lleva ocho años trabajando en un IPSS.
Los trabajadores del IPSS, unos 200 mil, también quieren un complemento por el trabajo de los domingos y festivos, “actualmente pagado como día laborable”.
observador