El fraude en el INSS interpela al Gobierno y genera alertas fiscales

El descubrimiento de un esquema de descuentos indebidos en jubilaciones y pensiones del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) entre 2019 y 2024, que puede haber desviado hasta R$ 5,9 mil millones, según la estimación más reciente, ha colocado al gobierno federal en un impasse fiscal de grandes proporciones.
Ante los jubilados y pensionados perjudicados que exigen indemnizaciones, el gobierno de Lula afronta ahora el reto de devolver esos montos sin comprometer la estabilidad de las cuentas públicas.
Como primera medida, el gobierno anunció nuevas funciones en la aplicación Meu INSS para que las víctimas puedan impugnar los descuentos. En un segundo frente, la administración garantizó un primer lote de reembolsos de R$ 292,6 millones que se pagarán entre el 26 de mayo y el 6 de junio, haciendo referencia a descuentos realizados en abril incluso cuando el bloqueo ya estaba en vigor.
Los importes se descontarán de recursos de la Seguridad Social . La explicación es que la nómina del mes ya había sido procesada antes de la determinación.
Aun así, el equipo económico, que lidera Fernando Haddad, ya admite que será necesario reforzar el presupuesto de la Seguridad Social , pero aún espera el monto para definir el origen de los recursos.
Aunque hay consenso dentro del gobierno en que los beneficiarios afectados deben ser compensados, el volumen potencial del reembolso y la falta de definición sobre los montos exactos siguen siendo una preocupación.
La operación implica no solo la devolución de recursos, sino también el rastreo de los fraudes, el bloqueo de los activos de las asociaciones implicadas y el desarrollo de un sistema de impugnación digital, con todos los riesgos asociados a la exclusión digital de gran parte de la población afectada, ya que son personas mayores.
Además, el episodio destaca fallas históricas en el control y la supervisión dentro del propio INSS, planteando interrogantes sobre responsabilidades administrativas y políticas, que están siendo examinadas por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).
A pesar de la presión para obtener respuestas rápidas, el gobierno está tratando de adoptar un enfoque cauteloso en la llamada “tercera fase” de la crisis: la de la compensación.
La ministra de Planificación, Simone Tebet, afirmó que “nadie saldrá perjudicado”, pero subrayó que será necesario garantizar que solo aquellos que fueron efectivamente perjudicados reciban el reembolso. El objetivo es evitar pagos indebidos y mantener la responsabilidad fiscal.
De aquí surgen una serie de preguntas.
¿De dónde saldrá el dinero?La devolución de las cantidades cobradas indebidamente aún depende de la confirmación del importe exacto, pero el Gobierno ya está estudiando posibles fuentes para financiar el reembolso.
La primera alternativa bajo análisis implica la utilización de recursos bloqueados de las asociaciones investigadas, que ya suman más de R$ 2 mil millones, conforme a lo solicitado por la Procuraduría General de la República (AGU). Estos importes podrán utilizarse para iniciar pagos sin necesidad de contactar directamente con el Tesoro Nacional en esta primera etapa.
Si el monto bloqueado no es suficiente, el equipo económico discutirá la utilización de recursos del propio sistema de Seguridad Social. El Ministerio de Seguridad Social recibió inicialmente R$ 2,36 mil millones del presupuesto total de R$ 972 mil millones para el año.
Dentro de los límites de compromiso previstos para gastos discrecionales —de hasta R$ 128,4 mil millones hasta mayo y R$ 69,5 mil millones hasta noviembre— sería posible abrir espacio para complementar los recursos del INSS sin necesidad inmediata de crédito extraordinario.
Estos recursos provendrían de los “ahorros” creados a principios de año, cuando aún no se había aprobado el Presupuesto.
Sólo como último recurso, si el INSS demuestra que no hay margen suficiente, se podrá recurrir al Tesoro para cubrir el resto mediante un crédito extraordinario.
La Junta de Ejecución Presupuestaria (JEO) se centrará en el tema en los próximos días, en busca de una solución fiscalmente responsable. Pero esto sólo debería empezar a suceder cuando dos de los cuatro ministros que integran el panel regresen de su misión oficial a China.
Simone Tebet (Planificación) y Rui Costa (Casa Civil) forman parte de la delegación del presidente Lula al país asiático, al que regresará la próxima semana.
El temor de que los proyectos de ley acaben convirtiéndose en órdenes judiciales, es decir, deudas judiciales de la Unión con pago obligatorio al año siguiente, es minimizado por el equipo económico.
La evaluación es que, con el actual esfuerzo administrativo de reembolso liderado por el INSS y la AGU, se reduce el riesgo de judicialización masiva y, en consecuencia, de creación de responsabilidades legales.
El proceso necesario para que una deuda de esta naturaleza se convierta en una orden judicial es largo: el asegurado tendría que presentar una demanda contra el Sindicato, ganar el caso, esperar los 60 días legales para el pago y, sólo entonces, si el gobierno no paga, ver la deuda transformada en una orden judicial.
La apuesta del Gobierno es anticiparse a ese escenario por la vía administrativa, lo que evita la judicialización, reduce gastos con abogados y previene la acumulación de pasivos para los próximos ejercicios fiscales.
¿Cómo se realizará el reembolso?El gobierno ha definido un procedimiento basado en la impugnación digital a través de la aplicación “Meu INSS” y del centro de llamadas 135. A partir del 14 de mayo, los beneficiarios podrán consultar si hubo descuentos asociativos en sus prestaciones y, si no reconocen la autorización, podrán impugnarla directamente a través de la app.
Las entidades tendrán hasta 15 días hábiles para presentar los documentos que acrediten la autorización expresa. Si no pueden hacerlo, dispondrán de otros 15 días para devolver las cantidades al INSS, que a su vez remitirá los recursos al asegurado a través de una nómina complementaria.
El nuevo presidente del INSS, Gilberto Waller, afirmó que no habrá atención presencial para este trámite, lo que genera preocupación dado el alto índice de analfabetismo digital entre los adultos mayores, precisamente el grupo más afectado.
Según datos del Indicador de Alfabetización Funcional 2024 (Inaf), el 48% de las personas entre 50 y 64 años presenta un bajo rendimiento digital. Para sortear esta limitación, el Gobierno reforzará el servicio telefónico a través del 135.
Conozca los principales fraudes contra los beneficiarios del INSS
CNN Brasil