El nuevo gobierno y la reforma del Estado

El discurso de investidura del Primer Ministro y la excelente elección del profesor Gonçalo Matias como Ministro con el reto de la Reforma del Estado colocaron una vez más esta cuestión en el centro de atención, ya que a lo largo de las mayorías socialistas desde 2015, esta cuestión no existía y los principales cambios solo resultaron en un aumento del número de empleados, un aumento de los gastos y la concentración de servicios, como sucedió en la Salud.
Este compromiso es considerado necesario y oportuno por todos, ya que cada ciudadano, cada comunidad y cada empresa siente, en su vida cotidiana, que su energía, talento e incluso sus derechos no son vistos como un aliado por el Estado, sino como un obstáculo y, a veces, incluso como un adversario. Por lo tanto, es comprensible que comentaristas y actores políticos multipliquen sus propuestas e ideas, direcciones y reflexiones, creando una verdadera nube de vectores de cambio, cada uno más prioritario que los demás.
2 ¿Qué hoja de ruta?Por eso puede ser útil plantearnos la siguiente pregunta básica: ¿podemos proponer una Hoja de Ruta para la mítica y deseada Reforma del Estado?
Cabe recordar que el Estado está compuesto por numerosas organizaciones regidas por múltiples y complejos marcos legales y regulatorios orientados a realizar un conjunto de funciones utilizando vastos recursos materiales y humanos a través de procesos y procedimientos con el objetivo de generar valor para las comunidades, los ciudadanos y las empresas.
Es por ello que la Hoja de Ruta que generalmente se propone se basa en las siguientes 4 preguntas:
- ¿Cuáles son las funciones del Estado?
- ¿Cuál es la morfología de las organizaciones estatales?
- ¿Qué valoración hace de los resultados?
- ¿Qué modernización de procesos?
En los próximos años, supongo que habrá múltiples oportunidades para discutir opciones y evaluar resultados, pero para mantener el interés y la curiosidad del lector, me gustaría compartir experiencias personales en las que he participado, algunas como éxitos, otras como fracasos.
¿Qué funciones?
En 2005-2006, cuando era presidente del INA, se replantearon las funciones del Estado y se eliminaron funciones inútiles, como la privatización de los notarios, como recordó Nuno Morais Sarmento en CNN esta semana. Creo que las nuevas generaciones aún recuerdan el Vía Crucis de los antiguos notarios públicos, y no conozco quejas ni quejas con respecto a este nuevo modelo.
¿Qué morfología?
La economía digital y el mundo actual de la sociedad en red sugieren que los organismos estatales deberían estructurarse en red, especializarse en sus funciones y ser de tamaño moderado, como recordé la semana pasada en una conferencia impartida por invitación del presidente del INA, lo cual me honró enormemente y que está disponible en el canal de YouTube correspondiente. Sin embargo, esto fue un fracaso rotundo, ya que la evolución seguida en la última década fue la contraria, creando organizaciones gigantescas, como ocurrió en el sector sanitario, con resultados evidentes, como se observa en la ULS de Santa Maria. Desafortunadamente, esta tendencia comenzó, de hecho, con Correia de Campos, con la fusión de hospitales en Centros Hospitalarios en 2007/2008.
¿Qué evaluación?
Nuestro mundo estatal incluye, en todos los sectores, casos de excelencia, otros de calidad media y algunos de pésima calidad, por lo que una evaluación objetiva e independiente, conocida por la ciudadanía, será esencial para premiar a los primeros y corregir los demás. Así, he contribuido a que cada organismo sea obligatorio publicar su plan de actividades y los resultados de su evaluación de forma objetiva e independiente. ¿Qué resultados? ¡Se ha publicado la legislación, pero la mayoría de la gente no la cumple! ¿Por qué? Al Gobierno tampoco le ha importado. ¿Por qué?
¿Qué procesos?
Uno de los traumas nacionales es el espinoso proceso que cada ciudadano o empresa debe emprender para obtener la aprobación de la licencia para un proyecto de nueva construcción o una simple renovación, con retrasos que se miden en años y que compiten con la lentitud de nuestros Tribunales. En 1996, me pidieron que colaborara con el proyecto de la Expo 98 y uno de los problemas cruciales fue obtener la licencia con rapidez y calidad, lo que permitió las múltiples construcciones, algunas para la exposición, otras para viviendas y otras con fines comerciales. Se desarrolló una estructura de gestión y proyectos con la intervención activa de la CML, pero basada en procesos y modelos de toma de decisiones imparciales y modernos. Los resultados son bien conocidos y, de hecho, ¡fueron excelentes! En resumen, ¡este trauma tiene solución!
4 Sugerencia finalMuchos han tenido experiencias y casos relevantes en materia de Reforma del Estado, por lo que espero que este artículo les sugiera compartirlos, pues este tema, que estuvo casi vedado en la última década, ¡vuelve a estar en la mesa de los debates nacionales!
observador