Informe denuncia 'enmiendas paralelas' de R$ 8,5 mil millones en el Presupuesto 2025

Un informe de la organización Transparência Brasil revela la existencia de R$ 8,5 mil millones en enmiendas de comisiones parlamentarias "paralelas" en el Presupuesto 2025, recursos que, aunque oficialmente vinculados al Ejecutivo, en la práctica están controlados por el Congreso Nacional. La entidad denuncia la práctica como una forma de eludir las exigencias de transparencia impuestas por el Supremo Tribunal Federal (STF) al considerar inconstitucional el antiguo "presupuesto secreto".
Según la investigación, este arreglo fue posible gracias a un acuerdo político entre el Palacio de Planalto y el Congreso, mediado por la ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann. El relator del Presupuesto, senador Ângelo Coronel (PSD-BA), estableció reglas que permitieron que algunas de estas enmiendas fueran clasificadas bajo los códigos RP 2 y RP 3, que corresponden a gastos discrecionales del gobierno federal, y no como RP 8, que son las enmiendas de comisión sujetas a mayores requisitos de trazabilidad y transparencia después de la decisión del STF.
Transparência Brasil critica duramente la maniobra, afirmando que perpetúa la captura de porciones significativas del Presupuesto por parte del Legislativo: “Es lamentable que dos Poderes de la República simulen esfuerzos para cumplir el orden constitucional y las decisiones del STF, creando reglas y, al mismo tiempo, eludiéndolas para su propio beneficio”. La entidad advierte también que, sin la creación de un identificador único para diferenciar estas modificaciones, la práctica se acerca peligrosamente a establecer un nuevo presupuesto secreto.
Cómo funcionan las “enmiendas paralelas”Las enmiendas paralelas están asociadas a comisiones permanentes de la Cámara, Senado y comisiones mixtas del Congreso, pero no están clasificadas como RP 8. En cambio, fueron disfrazadas como RP 2 y RP 3, excluyéndose de las reglas de transparencia y publicidad determinadas por el STF. Transparência Brasil señala que esta disposición profundiza la violación de la separación de poderes, transfiriendo al Poder Legislativo un papel de dirección de gastos, que constitucionalmente corresponde al Poder Ejecutivo.
Según el informe, de las 335 enmiendas de comisión aprobadas, solo el 57% (R$ 11,5 mil millones) recibieron el sello RP 8, mientras que R$ 4,5 mil millones fueron destinados como RP 2 y otros R$ 4 mil millones como RP 3, principalmente relacionados al Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC). Esto hace que la ejecución presupuestaria sea aún más opaca, ya que en la práctica estos recursos se mezclan con otros gastos del gobierno federal.
El problema se agrava porque esos fondos, según la entidad, se dirigen a acciones genéricas, y el destino final sólo se define después de oficios de los presidentes de comités a los ministerios, en un proceso que Transparencia clasifica como “poco transparente y poco articulado con la planificación federal”, favoreciendo el uso político.
Distribución desigual y favoritismo políticoLa mayor parte de las enmiendas paralelas, alrededor de R$ 5 mil millones, fueron asignadas al Senado, presidido por Davi Alcolumbre (União-AP), un valor que incluso supera el total de las tradicionales enmiendas de comisión en la Cámara (R$ 3,8 mil millones). La Cámara de Diputados, bajo el mando de Hugo Motta (Republicanos-PB), recibió R$ 2,9 mil millones.
Este modelo favorece a los partidos políticos, especialmente a los del Centrão y a la oposición. El PL, por ejemplo, aumentó su participación en el Presupuesto de R$ 4,9 mil millones a R$ 7 mil millones, al controlar ocho comisiones. El MDB, aliado del gobierno, saltó de R$ 2,6 mil millones a R$ 6,4 mil millones, con R$ 3 mil millones en enmiendas del PAC. Mientras tanto, el PT, el partido del presidente Lula, que preside seis comisiones, se quedó con sólo R$ 168 millones en enmiendas a la RP 2.
En la evaluación de Transparência Brasil, la práctica representa un alto riesgo de clientelismo y uso electoral de recursos públicos, ya que una parte significativa de los recursos se dirige a órganos tradicionalmente utilizados para ese fin, como el Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT) (R$ 242 millones), la Compañía de Desarrollo de los Valles de São Francisco y Parnaíba (CODEVASF) (R$ 218 millones) y el Departamento Nacional de Obras Contra las Sequías (DNOCS) (R$ 154 millones).
Finalmente, la entidad lamenta que la falta de un sistema de trazabilidad adecuado, como la ausencia de datos en el Sistema Integrado de Planificación y Presupuesto (Siop), compromete la transparencia y el control social: “Si el gobierno no adopta tal práctica, actuará en contra de las determinaciones del STF”. El informe refuerza la necesidad de plena transparencia y rendición de cuentas, advirtiendo que mantener estas enmiendas paralelas constituye un grave retroceso en relación con los requisitos constitucionales y el control público sobre el uso del presupuesto federal.
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