La energía eólica crece en Portugal

En 2024, Portugal superó los 6,2 gigavatios (GW) de capacidad eólica instalada, siendo la energía eólica responsable de más del 25% del consumo eléctrico, pero sigue lejos del objetivo establecido en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNEC), advierte la Asociación Portuguesa de Energías Renovables (APREN).
Los datos provienen del más reciente informe de APREN y el Instituto de Ciencia e Innovación en Ingeniería Mecánica e Ingeniería Industrial (INEGI).
A pesar del progreso, el crecimiento anual fue modesto, con solo 70 megavatios (MW) añadidos, la mitad de los cuales se debieron a la repotenciación (la sustitución de equipos antiguos por nuevos). Estas cifras reflejan un ritmo de expansión inferior al necesario para alcanzar los objetivos establecidos en el PNEC, que prevé 10,4 GW de energía eólica terrestre, mediante aerogeneradores instalados en tierra, para finales de 2030.
En una entrevista con Lusa, el presidente de APREN, Pedro Amaral Jorge, enfatiza que el ritmo actual está por debajo de lo necesario. «Estamos muy atrasados en la implementación de las metas establecidas en 2019. Salvo algunos proyectos de sobreequipamiento, la mayor expansión reciente se ha dado en la energía solar», afirmó.
Incluso con un esfuerzo de aceleración, “probablemente sólo podremos alcanzar los objetivos del PNEC en 2031 o 2032”, dijo el funcionario.
Para intentar recuperar el tiempo perdido, la asociación señala tres medidas esenciales: el avance de los contratos por diferencia (CFD) —contratos firmados entre el Estado y los productores que garantizan un precio fijo por megavatio-hora durante un periodo determinado— para proyectos de 'repowering' y nuevas inversiones, la hibridación entre plantas solares y eólicas, aprovechando los mismos puntos de conexión a la red, y la simplificación del licenciamiento de los centros de producción eléctrica, actualmente en revisión con la implementación de un contador único.
Además, la transposición de la Directiva Europea sobre Energías Renovables, incluido el reconocimiento del interés público predominante de las energías renovables frente a otros usos del suelo, se considera fundamental para superar los obstáculos medioambientales y acelerar los proyectos.
A pesar de las limitaciones, el sector observa señales alentadoras. Como explicó Pedro Amaral Jorge, Portugal cuenta con un buen recurso eólico, tanto mediante mediciones directas en los emplazamientos instalados como mediante la extrapolación de datos satelitales.
“La calidad del viento en Portugal es una clara ventaja competitiva, especialmente si se refuerza la red de transmisión en las zonas con mayor potencial”, afirmó el presidente de APREN.
Otro eje estratégico es la energía eólica marina, producida en alta mar, que se encuentra en fase de preparación.
El Gobierno mantiene el objetivo de 2 GW instalados para 2030, pero la subasta pública, imprescindible para iniciar el proceso, aún no ha comenzado y el ejecutivo prevé que el concurso se lance en 2025. "Espero que la precalificación técnica y financiera tenga lugar este año", afirmó el responsable de la asociación.
La región de las Azores también parece ser una prioridad estratégica, con nuevos proyectos en desarrollo. «Es fundamental garantizar la descarbonización en todo el territorio, incluso en las islas, donde la complementariedad entre la energía hidroeléctrica, solar, geotérmica y eólica puede garantizar más del 85 % de la electricidad renovable», afirmó.
El informe también destaca que Portugal está perdiendo terreno en comparación con otros países, como Alemania, España, Francia y el Reino Unido. La tasa de crecimiento de la capacidad eólica instalada ha disminuido con respecto a 2023. Sin embargo, Portugal mantiene una posición destacada en la integración de renovables en la producción eléctrica: es el cuarto país europeo con mayor incorporación de fuentes renovables, superando el 85 % en 2024.
“La competitividad para atraer inversiones depende del marco regulatorio y contractual. No basta con tener recursos eólicos; se necesitan condiciones estables y atractivas”, argumentó el presidente de APREN.
Y lanzó una advertencia: “Si el consumo de electricidad crece –como predice el PNEC hasta 90 teravatios-hora (TWh)– y la inversión no sigue el ritmo, perderemos esta posición de liderazgo”.
SCR // CSJ
Lusa/Fin
observador