Los microláseres comestibles podrían revolucionar el seguimiento y la seguridad de los alimentos

En un delicioso giro de los acontecimientos, los científicos lograron aprovechar la óptica del aceite de oliva para crear el primer microláser fabricado íntegramente con materiales comestibles. De comercializarse, podría ofrecer una forma fácil y segura de monitorizar alimentos o medicamentos desde el interior del cuerpo.
La tecnología, presentada a principios de este mes en la revista Advanced Optical Materials , aprovecha una interesante tendencia de las gotas de aceite de cocina común, que emiten un fotón de luz al someterse a cierta cantidad de energía. Si se colocan varias gotas en una habitación llena de espejos, juntas brillarán con mayor intensidad, como un haz de luz concentrado.
Los investigadores probaron más de una docena de materiales diferentes (aceite de girasol, mantequilla cocida, agua natural, etc.) para determinar cuál generaría el láser más limpio. Y el ganador fue el aceite de oliva.
Un componente destacado del aceite de oliva es la clorofila, la molécula que más comúnmente da el color verde a las plantas. En este caso, las moléculas de clorofila, atrapadas en la superficie pegajosa del aceite de oliva, generaron fotones en una especie de reacción en cadena, transformando la gota de aceite de oliva en un láser.
El brillo de la clorofila cambia según el tamaño y la densidad de las gotas de aceite, lo que hace que el láser sea muy sensible a las condiciones ambientales, según el estudio. Por ejemplo, añadirlo a diferentes platos y observar los cambios en el láser permitió a los investigadores medir aspectos como la concentración de azúcar o la acidez.
Además, los investigadores lograron codificar datos dentro de las gotitas, como si fueran las líneas de un código de barras, en una compota de melocotón. Sorprendentemente, los datos (la fecha específica del 26 de abril de 2017, que coincide con la primera fecha internacional para detener el desperdicio de alimentos) permanecieron intactos durante más de un año, lo que demuestra el potencial del microláser para transportar información de forma segura, como la identidad del fabricante o la fecha de caducidad.
“Dado que este es el primer estudio de este tipo, existen muchas posibilidades para desarrollar diversos láseres comestibles y sus aplicaciones, que en última instancia podrían llegar al uso cotidiano”, concluyeron los autores del estudio.
gizmodo