Vietnam | Comercio mundial: Las consecuencias de la política arancelaria estadounidense para Vietnam
Tras numerosas rondas de negociaciones a nivel técnico y ministerial entre Estados Unidos y Vietnam, el presidente estadounidense, Donald Trump, impuso a finales de julio un arancel del 20 % a todas las importaciones vietnamitas, así como un arancel del 40 % a los llamados bienes de transbordo (productos procedentes de China que se desvían a través de terceros países para evitar aranceles más altos). Estas medidas ponen en peligro el objetivo de crecimiento de Vietnam del 8 % para 2025 y ejercen una presión considerable sobre la economía, dependiente de las exportaciones, especialmente en los sectores textil y de maquinaria. Al mismo tiempo, ofrecen al país una oportunidad excepcional para ascender en la fragmentada cadena de suministro global.
Aunque los aranceles se redujeron del 46 % previsto inicialmente, el gobierno vietnamita expresó su decepción con el resultado. Desde abril de 2025, Hanói había abogado repetidamente por una tasa significativamente menor con su ahora quinto "socio estratégico integral", la máxima categoría de la diplomacia vietnamita.
El curso pragmático de HanoiVietnam adoptó un enfoque pragmático en las conversaciones con Washington y rápidamente demostró su disposición a realizar diversas concesiones: libre acceso al mercado para los productos estadounidenses y la eliminación casi total de los aranceles vietnamitas sobre las importaciones procedentes de Estados Unidos. Además, se adoptaron medidas concretas para reducir el déficit comercial. El viceprimer ministro, Ho Duc Phoc, anunció la compra de 250 aviones Boeing, varias aeronaves militares, gas natural licuado estadounidense por valor de seis mil millones de dólares estadounidenses y otros bienes y equipos por un valor superior a los 90 mil millones de dólares estadounidenses. A nivel nacional, las autoridades reforzaron los controles para disipar las preocupaciones de Estados Unidos sobre los transbordos, incluyendo inspecciones de exportación más estrictas y una supervisión más estrecha de las cadenas de suministro.
Sin embargo, el primer ministro Pham Minh Chinh, en el poder desde 2021, aclaró que las conversaciones con EE. UU. deben considerarse siempre en el contexto general de la política económica exterior de Vietnam, que incluye 17 acuerdos de libre comercio y alianzas con 60 mercados a nivel mundial. Vietnam no puede permitirse poner en riesgo sus relaciones con otros socios comerciales. Por lo tanto, el país se adhiere a su principio de "abrir el mercado sin sacrificar la soberanía" y no tomará partido en el conflicto comercial entre Washington y Pekín.
Aunque el 20 % supera las expectativas, el resultado es el escenario menos adverso en la actual disputa comercial entre Estados Unidos y China, en la que, además de Vietnam, varios otros países del Sudeste Asiático se han visto envueltos en el fuego cruzado. La tasa es solo un punto porcentual superior a los aranceles sobre las exportaciones de otros estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y competidores de Vietnam: Tailandia, Camboya, Indonesia, Malasia y Filipinas. Brunéi (25 %), Laos y Myanmar (40 %) se ven mucho más afectados. Singapur es un caso especial entre los miembros de la ASEAN. Debido a su déficit comercial con Estados Unidos y a un acuerdo bilateral de libre comercio, las exportaciones de la ciudad-estado están sujetas a un arancel base de tan solo el 10 %.
Dado que Vietnam tiene el tercer mayor superávit comercial con Estados Unidos, después de China y México, la situación podría haber sido peor. Solo en 2024, el superávit ascendió a 123.500 millones de dólares. Sin embargo, Trump impuso aranceles significativamente más altos a otros importantes países exportadores: India, con un 25%; Canadá, con un 35%; y China, con un 30%.
Los aranceles estadounidenses ponen en peligro los objetivos de desarrolloCuatro décadas después del inicio de las reformas de Doi Moi, la economía vietnamita está fuertemente integrada en las cadenas de suministro globales. Su volumen de comercio exterior equivale a una vez y media su producto interior bruto (PIB). Sin embargo, la mayoría de las exportaciones se concentran en unos pocos mercados: el 65 % se destina a Estados Unidos, China, la UE, la ASEAN, Corea del Sur y Japón. Las exportaciones a Estados Unidos por sí solas representan casi el 30 % del PIB vietnamita. En consecuencia, este país, orientado a la exportación, se está viendo gravemente afectado por el aumento de los aranceles estadounidenses, especialmente en los sectores clave de la maquinaria (18,5 % de todas las exportaciones a Estados Unidos en 2024) y los textiles (13,5 %).
Desde 2018, Vietnam se ha beneficiado de la estrategia occidental "China + Uno" gracias a su ubicación estratégica, ya que las empresas diversificaron su producción o se reubicaron de China a Vietnam para evitar aranceles. Como resultado, las exportaciones vietnamitas a Estados Unidos se dispararon de 40 000 millones de dólares en 2018 a 136 500 millones de dólares en 2024. Durante el mismo período, las importaciones procedentes de China aumentaron de 49 000 millones de dólares a 138 000 millones de dólares, lo que representa el 22 % del total de las importaciones el año pasado. Con el regreso de Trump a la presidencia, esta ventaja estratégica se ha revertido, ya que Vietnam es uno de los países considerados un centro de tránsito para los productos chinos.
La interpretación precisa de la cláusula de transbordo, que pretende afectar a las mercancías chinas que pasan de contrabando a través de Vietnam, aún está pendiente. Esto genera una considerable incertidumbre jurídica para las empresas extranjeras, que generan el 70 % de las exportaciones vietnamitas. Una interpretación restrictiva podría llevar a que una parte significativa de las exportaciones vietnamitas se clasifique como transbordo de exportaciones chinas, especialmente porque una gran proporción de las materias primas necesarias para las industrias textil, de la confección, del calzado y electrónica proviene de China. Se estima que el 60 % de los productos intermedios para la producción textil vietnamita proviene del extranjero, el 80 % de los cuales, a su vez, proviene de China. Tal escenario supondría una enorme presión para las aproximadamente 7000 empresas textiles que emplean a tres millones de personas.
La nueva política arancelaria estadounidense ya está provocando una reestructuración de muchos inversores extranjeros en Vietnam. Según una encuesta realizada por la firma auditora PwC en junio de este año, el 86 % de las empresas prevé consecuencias negativas, como una disminución de los pedidos, interrupciones en la cadena de suministro y un aumento de los costes operativos. Además, el 44 % de las empresas está trasladando sus compras a otros países. Esto pone en peligro los ambiciosos planes de Vietnam de alcanzar un crecimiento del PIB del 8 % este año y de dos dígitos en los años siguientes. La agencia de calificación Moody's Analytics y el Fondo Monetario Internacional ya han revisado a la baja sus previsiones para 2025, a tan solo alrededor del 5 %, citando la política estadounidense. Si Vietnam quiere alcanzar su ambicioso objetivo de desarrollo de alcanzar salarios altos para 2045, el país debe encontrar motores de crecimiento alternativos para complementar su mercado exportador, que se está reduciendo.
¿Globalización basada en reglas?La administración Trump está utilizando los aranceles como una herramienta estratégica para reorganizar las cadenas de suministro globales. Su objetivo es detener o incluso revertir el ascenso económico de China . Los países que desean mantener el acceso al mercado estadounidense deben disminuir sus relaciones con Pekín, controlar estrictamente las cadenas de suministro y evitar el transbordo de productos chinos. Esta política arancelaria representa una nueva forma de globalización en la que la seguridad nacional y la rivalidad geopolítica son más importantes que la eficiencia económica. Los modelos clásicos de deslocalización, es decir, la reubicación de actividades económicas en el extranjero basada en la eficiencia, están perdiendo importancia. En cambio, están siendo reemplazados por los llamados modelos friendshoring o allyshoring; es decir, los servicios o la producción de bienes se reubican principalmente en países amigos y aliados dentro del propio campo geopolítico, lo que lleva a una mayor fragmentación de las cadenas de suministro globales.
La era de la globalización basada en reglas está llegando a su fin. Está siendo reemplazada por la incertidumbre económica, las represalias comerciales, el proteccionismo y, en última instancia, la fragmentación del comercio global. Esto plantea un enorme desafío para la "diplomacia del bambú" de Vietnam, que se basa en la autosuficiencia, el multilateralismo, la diversificación y el equilibrio entre las superpotencias Estados Unidos y China. Al mismo tiempo, la actual guerra comercial pone de relieve la vulnerabilidad de la estrategia de crecimiento exportadora de Vietnam, que depende en gran medida de un número reducido de mercados de exportación.
A largo plazo, Vietnam podría seguir mejorando la diversificación y el equilibrio de sus mercados de exportación para mitigar los impactos de los desafíos actuales y futuros en materia de política comercial. La alianza oficial con la alianza BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), sellada en junio de 2025, que permite a Vietnam cooperar mejor con los países emergentes y en desarrollo del Sur Global, podría ser un pilar fundamental de esta estrategia.
A pesar de lo desafiante de la situación, los aranceles estadounidenses también ofrecen a Vietnam la oportunidad de avanzar en la cambiante cadena de valor global: de ser un centro alternativo de fabricación y ensamblaje a un centro tecnológico regional para semiconductores y electrónica. En los primeros siete meses de este año, empresas como NVIDIA (investigación en IA, centros de datos de IA) e Intel (expansión de la producción de chips) ya han anunciado proyectos con un importante potencial de valor añadido tecnológico. Sin embargo, este avance no depende únicamente de la situación geopolítica de Vietnam. También requiere reformas institucionales: un marco transparente para un clima de inversión favorable, cadenas de suministro independientes y sostenibles con menor dependencia de China, infraestructura mejorada, especialistas bien capacitados y un estricto cumplimiento de las normas del comercio internacional.
Los próximos años se caracterizarán por un entorno geopolítico cada vez más fragmentado y crecientes desafíos económicos. Vietnam se enfrenta a una dura prueba.
Tung Nguyen es director de proyectos en la oficina de la Fundación Rosa Luxemburgo en Hano.
La administración Trump está utilizando los aranceles como una herramienta estratégica para reorganizar las cadenas de suministro globales.
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