Deportación masiva | 700 sudaneses deportados al desierto
El viernes por la mañana, la Autoridad Antiinmigración Ilegal del este de Libia llevó a cabo una operación de deportación a gran escala desde la ciudad de Kufra, en el sureste de Libia, en la frontera triangular con Sudán, Chad y Egipto. Según la autoridad, participaron varias unidades bajo el mando de un general.
La deportación masiva se justificó en Facebook con motivos de salud: algunos de los afectados habían sido diagnosticados con enfermedades infecciosas como hepatitis o VIH. Otros habían sido expulsados del país por presunta entrada ilegal, tráfico de personas o razones de seguridad. En el caso de otros, se habían dictado las correspondientes sentencias judiciales.
Esta no fue la primera deportación masiva desde Libia. En febrero , se descubrieron fosas comunes de refugiados en la región fronteriza. A finales de mayo, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) documentó el retorno forzoso de más de 500 sudaneses de la región libia de Kufra. El sábado, las autoridades informaron de la deportación de otras 183 personas, en esta ocasión ciudadanos egipcios de Tobruk que habían sido detenidos sin documentación válida.
El centro de poder oriental de Libia está bajo el control del mariscal de campo Khalifa Haftar. Su Ejército Nacional Libio y el Gobierno de Estabilidad Nacional controlan amplias zonas del este y son hostiles al gobierno occidental de Libia, reconocido por la ONU, en Trípoli.
Las deportaciones son impulsadas por los movimientos masivos de refugiados desde Sudán; desde el estallido del conflicto en abril de 2023, esto ha afectado a más de 12 millones de personas. Muchos buscaron inicialmente protección en países vecinos como Chad y Egipto. Libia se ha convertido en un país de tránsito para los refugiados sudaneses que buscan protección en Europa. En mayo, ACNUR estimó que al menos 311.000 sudaneses han llegado a Libia desde el inicio del conflicto. Las autoridades de la ONU estiman que los sudaneses representan actualmente el 43% de todos los refugiados en Libia.
La región alrededor de Kufra, en particular, se ha convertido en un importante paso fronterizo: se estima que 198.000 sudaneses entraron en Libia a través de esta región solo en 2024, según el portal "Info Migrants". Según ACNUR, la mayoría de los que llegan se dirigen a ciudades costeras para intentar la peligrosa travesía del Mediterráneo hacia Europa. Su situación sigue siendo precaria incluso sin deportaciones masivas: el Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha advertido del hambre y la inseguridad alimentaria entre los refugiados. En los centros de recepción libios, la violencia por parte del personal y el hacinamiento son frecuentes, y la atención médica es deficiente.
El grupo autoorganizado "Refugiados en Libia" criticó duramente las deportaciones al desierto en la Plataforma X. En un comunicado, calificó las acciones de las autoridades como una "clara violación de todas las normas humanitarias, morales y legales". Afirmaron que no habían "ofrecido ninguna explicación sobre cómo se trasladó a 700 personas al desierto, cómo se llevó a cabo el traslado a su país ni qué autoridades las recibieron".
Refugiados en Libia criticó especialmente la práctica de clasificar a los desplazados, aceptar a los sanos y expulsar a los enfermos. La organización exigió a la Agencia Antiinmigración Ilegal que aclarara si los deportados habían llegado siquiera a Sudán.
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