Reforma hospitalaria: el objetivo está claro, pero ¿quién impulsa el cambio?

¿Qué dinámica hemos vivido en la política sanitaria en los últimos dos años? Renania del Norte-Westfalia ha implementado una reforma radical de la planificación hospitalaria estatal. La comisión de expertos del Gobierno Federal ha presentado propuestas para el desarrollo de las estructuras sanitarias e iniciado un debate crítico sobre los objetivos y las vías de la transformación.
Se acordaron ajustes, se alcanzaron compromisos y se elaboraron planes de implementación. Al final de la coalición semáforo, la entonces no tan importante reforma hospitalaria apenas logró su objetivo. ¿Y ahora? ¿Veremos la misma dinámica en los procesos de cambio con el nuevo gobierno federal y una nueva dirección en el Ministerio de Salud? ¡Me temo que no, por desgracia! Más bien, los plazos podrían flexibilizarse gradualmente y los requisitos y regulaciones podrían diluirse.
Si bien todos los actores involucrados lamentan constantemente la creciente presión para el cambio en el sistema sanitario alemán durante años, existe un cambio demográfico evidente desde hace décadas, que está teniendo un impacto notable en la atención médica de dos maneras: por un lado, las personas que necesitan atención médica están envejeciendo y, por lo tanto, presentan más multimorbilidades. Al mismo tiempo, el número de personas disponibles para recibir atención profesional está disminuyendo drásticamente.
El statu quo no es una perspectiva prometedoraConcentrar la atención en lo esencial se está volviendo inevitable, especialmente porque los recursos financieros siguen siendo limitados. Las innovaciones en medicina pueden sobrecargar aún más estos recursos limitados, pero también pueden aportar soluciones al problema de la escasez: la atención ambulatoria constante, junto con la expansión de la telemedicina y el uso sistemático de innovaciones digitales, en particular la IA, puede reducir el esfuerzo y los costes de la atención, a la vez que mejora la calidad. Pero todo esto implica cambio, y con él, resistencia. Mantener el statu quo no es una perspectiva prometedora, ni para los pacientes ni para los proveedores de servicios.
Dr. Matthias Bracht, Director Científico del Congreso de Gestión de la Salud en el Congreso Capital de Medicina y Salud.
© KRH
La confluencia de numerosos factores me ha hecho sentir tan optimista: la presión universalmente aceptada para actuar, la firme disposición social a aceptar o al menos tolerar cambios en el panorama sanitario que se consideraban irrazonables hasta hace tan solo unos años; y, por último, pero no menos importante, algunos actores políticos valientes —en especial el Ministro Federal Lauterbach— que persiguen constantemente los objetivos de una estructura de servicios concentrada y orientada a las necesidades y la calidad. Ahora queda por ver si el cambio en la cúpula del Ministerio Federal provocará nuevos retrasos o una implementación rápida y pragmática.
Aunque no podamos influir directamente en esto último, estoy convencido de que la dirección hospitalaria puede y debe contribuir activa y constructivamente al proceso de cambio en curso: debemos actuar, hacer sugerencias y demostrar con una implementación concreta cómo se puede mejorar la atención y adaptarla más a las necesidades. Esto incluye consolidar servicios y prestaciones, establecer y dinamizar redes y, por consiguiente, reducir la sobreasignación.
Esto es precisamente lo que queremos debatir juntos en el Congreso de Gestión Sanitaria, como parte del Congreso de la Capital. Mediante acciones audaces y creativas para transformar el panorama sanitario, podemos instar a los nuevos responsables políticos a seguir consecuentemente el camino que han elegido para la reforma hospitalaria. Aceleremos el ritmo de implementación mediante propuestas concretas y pragmáticas para los ajustes necesarios al paquete de reformas, en lugar de poner en peligro lo logrado con vacilaciones y dilaciones.
Arzte zeitung