Elon Musk se queda sin su aliado en la NASA

El mismo día en el que Donald Trump celebró una rueda de prensa en el Despacho Oval para despedir y agradecer los servicios en el Gobierno a Elon Musk, el presidente de EE.UU. informó al que iba a ser su director de la NASA, Jared Isaacman, que ya no contaba con él.
La sucesión de los eventos es significativa. Isaacman, un multimillonario muy vinculado a la industria espacial privada, es un hombre de Musk: la persona más rica del mundo fue clave en su elección. Trump se inclinó por él el pasado diciembre, en el periodo de transición entre su victoria electoral en noviembre y la jura de cargo a finales de enero de este año. Era la época en la que Musk estaba instalado en Mar-a-Lago, la mansión y club privado de Trump en la costa de Florida, e influía en muchas de sus elecciones de altos cargos.
En el del director de la NASA, Musk tenía mucho conocimiento e interés propio: la agencia espacial mantiene contratos multimillonarios con SpaceX, una de las empresas del magnate de origen sudafricano. Y se espera que tenga muchas más en el futuro, en especial en la visionaria misión de colonización de Marte, una prioridad tanto para Musk como para Trump.
La explicación poco detallada de la decisión llegó por el propio Trump durante el fin de semana: «Después de una revisión a fondo de relaciones anteriores relaciones, estoy retirando mi nominación para que Jared Isaacman dirija la NASA», escribió el presidente de EE.UU. en un mensaje en su red social. «Pronto nombraré a un nuevo nominado que está alineado con las misiones y pondrá a 'EE.UU. primero' en el espacio», añadió.
Esas «relaciones» que le han valido la caída apuntan a las donaciones que Isaacman ha hecho a las campañas electorales de candidatos demócratas. Trump se enteró de esas circunstancias, como el apoyo de Isaacman a Mark Kelly -senador demócrata por Arizona y exastronauta-, a Bob Casey -exsenador demócrata por Pensilvania- y al Partido Demócrata de California. Es una vara de medir que el propio Trump no ha tenido consigo mismo: apoyó a candidatos demócratas antes de meterse en política; por ejemplo, a Hillary Clinton, que incluso llegó a acudir a la boda de Trump con su actual mujer, Melania. Para Trump dejó de contar que Isaacman también donara cerca de dos millones de dólares a su campaña.
La decisión del presidente es una sorpresa que dejará a la NASA sin liderazgo durante meses y con la necesidad de su cúpula de gestionar recortes drásticos y un rediseño de sus misiones.
De hecho, Isaacman iba a ser confirmado por el pleno del Senado esta semana, después de haber recibido la luz verde del Comité de Comercio, Ciencia y Transporte de la Cámara Alta con 19 votos a favor y 9 en contra, con el apoyo de varios demócratas.
Isaacman es el fundador de Shift4 Payments, un sistema de procesamiento de pagos, y un agitador de la industria aeroespacial privada. Él mismo ha viajado dos veces al espacio, fue el comandante del primer vuelo espacial formado en exclusiva por civiles y ha sido la primera persona que ejecuta un paseo espacial sin ser parte del Gobierno. En esas aventuras desarrolló una fuerte relación con SpaceX y Musk, lo que fue cuestionado durante el proceso de confirmación.
Ahora, Musk se queda sin un aliado al frente de la NASA, en un momento de creciente competición en el sector aeroespacial privado y sin una influencia directa en el Gobierno como la que ha disfrutado hasta el momento. Su salida de la Administración Trump fue porque se acabó el plazo de 130 días para trabajar como empleado gubernamental especial, pero también ocurrió en medio de un creciente distanciamiento con Trump, con diferencias sobre política fiscal y aranceles.
«Es raro encontrar a alguien tan competente y con tan buen corazón», dijo Musk, en su única reacción a la noticia.
A la vez que la salida de Musk y el despido de Isaacman, la Casa Blanca dio a conocer su propuesta presupuestaria para el año fiscal 2029. Incluye una reducción de 6.000 millones de dólares en sus fondos, la eliminación de la mitad del dinero dedicado a programas científicos y el despido de un tercio de su plantilla. Será en esas condiciones en las que el futuro y por ahora desconocido líder de la NASA tendrá que manejar los objetivos de volver a poner humanos en la Luna en 2027 y pavimentar la conquista de Marte.
ABC.es