El turista de lujo impulsa el gasto en Madrid pero lo estanca en Catalunya

En la carrera por atraer al turista de alto poder adquisitivo, Madrid está tomando la delantera. La comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso recibe los viajeros internacionales que más gastan en sus viajes, con un crecimiento del desembolso por encima de la media nacional tanto en el acumulado de los primeros seis meses del año como del inicio de una temporada de verano marcada por la incertidumbre geopolítica.
Los visitantes extranjeros que eligen la Comunidad de Madrid gastaron una media de 2.222 euros por persona en junio, tal y como indican los últimos datos del INE publicados esta semana. Se trata de un 16,9% más que en el mismo mes del año pasado y el mayor incremento entre todos los territorios. La media estatal crece un 3,5%, con visitantes que gastaron 1.376 euros por persona en junio. Catalunya apenas crece un 1,8% en este parámetro que mide la calidad del turista que llega, con 1.290 euros por visitante. Aún así, no es la peor parada. Baleares (-0,1%) y Comunitat Valenciana (-1,6) incluso registran leves retrocesos en junio.
El liderazgo madrileño en turismo de alto estanding no es flor de un mes. En el acumulado del año también se sitúa a la cabeza entre las diferentes regiones, con un aumento del 7,7% y 1.957 euros por persona –ver gráfico–. Por su parte, Catalunya lidera la llegada de viajeros en los primeros seis meses del año, con más de 9,25 millones de personas, nuevo récord con un pequeño avance del 1,76%. Pero el gasto por persona permanece estancado, con un 0,52%, pese al aumento de precios en el sector de los viajes. En cuanto al gasto total hasta junio, Canarias se mantiene líder –su temporada alta se da en invierno–, con 11.869 millones de euros, seguida de Catalunya (10.560 millones). Madrid, por su parte, ocupa la cuarta posición entre las comunidades autónomas. Pero el gran gasto que efectúan sus turistas hace que el desembolso sólo esté a un 18% de distancia del de Catalunya, cuando esta última tiene el doble de visitantes internacionales.
Franceses, alemanes, italianos y nórdicos están acortando las vacaciones en territorio catalánEl mix de turistas que recibe el territorio catalán está influyendo en esta desaceleración marcada del gasto, señala Bruno Hallé, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España. Franceses, alemanes, italianos o nórdicos están acortando las vacaciones, con estancias de menos días, para controlar su presupuesto. La llegada de viajeros de Estados Unidos, primer grupo de extranjeros en la ciudad de Barcelona, también se está ralentizando tras la victoria de Donald Trump.
Madrid cuenta con la baza, prosigue Hallé, de haberse posicionado como meca de las fortunas latinoamericanas. Los ricos de Hispanoamérica han marcado en rojo la capital española para pasar sus vacaciones, a lo que se añade una oferta hotelera y de compras en el segmento de lujo altamente renovada. Aún así, Barcelona cuenta también con importantes inauguraciones en cartera, como la transformación del antiguo hotel La Florida o la del hotel Arts.
Pese al estancamiento que está experimentando el turismo extranjero en Catalunya, tanto en llegadas como sobre todo en gasto, la temporada de verano se da por positiva. “Venimos de un récord absoluto en el 2024 y solo igualar registros ya sería un éxito”, destaca Manuel Fernández Terán, socio de PwC.
El visitante extranjero en Madrid gasta una media de 2.222 euros, frente a los 1.290 euros de CatalunyaEl mercado turístico catalán está además más saturado, por lo que tiene menor margen de crecimiento en cantidad que otras comunidades autónomas, continúa Fernández Terán. Le queda, pues, la vía de incrementar el valor de la industria turística y de la cantidad de dinero que deja cada uno de los viajeros, algo que de momento no está evolucionando como se esperaba.
También la apuesta por el largo radio, especialmente de Asia ahora que el mercado norteamericano da signos de enfriamiento y los latinos están volcados en Madrid. Las aerolíneas están apostando por Barcelona en un contexto de escasez de nuevos aviones, lo que puede impulsar el destino en Europa.
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