Junts se decanta por rechazar la reducción de la jornada laboral

Así, no. Los términos en los que el Gobierno aprobará este próximo martes el proyecto de ley para la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales no convencen a Junts per Catalunya, hasta el punto de que el partido tumbará su tramitación parlamentaria si no hay un acuerdo antes de que llegue el debate a la totalidad en el Congreso. Dicho de otro modo, sin cambios no hay aprobación, exponen fuentes de la formación al corriente de la negociación. El escollo tiene que ver con la aplicación de esta medida a las pymes, cuestión que preocupa a los posconvergentes porque creen que “compromete la viabilidad” de estos negocios.
Estas fuentes muestran su descontento con la norma porque “revienta el diálogo social”. Hacen alusión a que, a finales de diciembre, la vicepresidenta Yolanda Díaz alcanzó la entente con los sindicatos, CC.OO. y UGT, pero las patronales no lo respaldan.
En paralelo, con el redactado actual, en JxCat sostienen que la ley no aborda otros temas que afectan al mercado laboral como el impacto en la productividad, el límite de las horas extra o cómo afrontar la problemática del absentismo laboral. Desde el partido consideran que la afectación de esta “imposición” será “desigual” porque generará más dificultades en las pequeñas y medianas empresas por los “costes” que le conllevará, cuyo peso en el tejido productivo catalán supera el 99%.
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No ven este mismo impacto en las grandes corporaciones, por lo que entienden que el régimen sancionador no tendría que ser el mismo para pequeñas empresas.
Con estas cartas en la mesa, Junts aboga por presentar una enmienda a la totalidad. Una vez la Mesa del Congreso califique la norma, se abrirá un plazo de 15 días –prorrogable– para presentar enmiendas. Solo se celebra el debate a la totalidad si hay enmiendas de devolución, como sería el caso si no hay un acuerdo previo entre el Gobierno y JxCat. Cuando el anteproyecto se aprobó en el Consejo de Ministros a principios de febrero, el secretario general de los posconvergentes, Jordi Turull, advirtió pocos días después tras una reunión con Cecot que estaban “más cerca del no que de validar la ley”. También así lo trasladó en la Comisión de Trabajo de principios de marzo el diputado Josep Maria Cervera.
Los posconvergentes piden cambios para las pymes y que el ajuste de la jornada se negocie por sectoresPese a todo, la posición no es inamovible y el escollo no es insalvable. Las negociaciones con el Ministerio se mantienen –Yolanda Díaz ha afirmado públicamente que mantiene una interlocución con el líder de JxCat, Carles Puigdemont–, pero Junts pone un horizonte temporal: si Sumar no hace cesiones en la línea de sus demandas antes de un debate a la totalidad, adaptando el marco a la “realidad” catalana, sus votos serán contrarios.
Este asunto ha generado debate en el seno del partido, conscientes que es una carpeta “espinosa” porque es “difícil” oponerse a que un trabajador haga menos horas y sus condiciones retributivas se mantengan o mejoren. La plana mayor de la formación no se opone per se a la reducción.
De hecho, la sectorial de izquierdas de Junts –la militancia del partido se distribuye entre tres corrientes ideológicos, siendo el socialdemócrata y liberal los otros dos– defiende apoyar el proyecto y, así, desmarcarse de la patronal. Pero el diagnóstico compartido es su “compleja” aplicabilidad en las pymes y por ello defienden que tiene que ser en la negociación de los convenios de los distintos sectores, según el tamaño y la empresa, en los que se ajuste la jornada.
Con su aprobación el martes, llega el momento decisivo. El jueves, la vicepresidenta Yolanda Díaz celebraba que “vamos a poder escuchar formalmente qué opinan las formaciones”. En el caso de JxCat, admitía que “se está trabajando” y señalaba que “hay margen para la negociación”.
Casualidad o no, Díaz ponía el foco en el PP: “No pierdo la esperanza de que vuelva ese Feijóo que dijo a España que había que reducir la jornada laboral a cuatro días. Me gustaría que conozcamos para qué sirven sus 137 diputados”.
Yolanda Díaz, en contacto con Carles Puigdemont, ve “margen” para la negociaciónUno de los proyectos estrella de la legislatura de Trabajo tiene visos, en estos momentos, de no prosperar sin el apoyo de Junts. Además, hay otro frente: sigue pendiente la aprobación de la delegación de competencias en inmigración, con sensibilidades dentro de Sumar que han expresado reticencias a la ley. Las negociaciones siguen en Madrid y Barcelona, pero el tiempo apremia cada vez más.
La reconducción de la sintonía con la patronalLos agentes sociales y económicos han intensificado sus contactos con Junts para abordar la reducción de la jornada laboral. En diciembre, el líder de UGT, Pepe Álvarez, visitó a Carles Puigdemont en Waterloo para “allanar el camino” y sondear su apoyo a la medida. Pero lo que es una constante son los encuentros con las patronales. El líder de JxCat se ha entrevistado, entre otros, con Foment –cuya interlocución con su presidente, Josep Sánchez Llibre, es habitual y fluida–, Femcat, Fecavem, Cecot o el Consell de Gremis de Catalunya. A estas visitas se sumó el viernes pasado Pimec, que manifestó el rechazo a la ley por estar “desconectada de la realidad empresarial”. Este acercamiento al mundo empresarial es cada vez más patente y en Junts no ha pasado inadvertido que Foment haya endurecido el tono contra el Govern por la vivienda y contra el Gobierno por la reducción de la jornada laboral por ser “uno de los errores más graves desde el inicio de la democracia”. Sánchez Llibre afirmó esta semana que buscarán “influir” en los grupos para que el proyecto “naufrague”.
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