Enfermedad de Parkinson: la investigación para encontrar mejores tratamientos está en auge

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Enfermedad de Parkinson: la investigación para encontrar mejores tratamientos está en auge

Enfermedad de Parkinson: la investigación para encontrar mejores tratamientos está en auge

La distancia era considerable, pero Marianne (nombres ficticios) no lo dudó. Llena de esperanza y expectativas, la sexagenaria viajó a Poitiers con su hermana para esta cita médica en el centro de expertos en párkinson de la Pitié-Salpêtrière, en la Asistencia Pública-Hospitales de París (AP-HP), en el distrito 13. "Lo único que quiero es que mi condición mejore un poco... ¡Estoy dispuesta a intentarlo todo!", le dice al neurólogo que la atiende, el profesor David Grabli. Su brazo derecho se estremece, y a veces también la pierna, mientras relata su historia, la progresión de su enfermedad desde que le diagnosticaron párkinson en 2019. Al principio, solo le temblaba el dedo medio : "¡Ese!", exclamó, levantando la mano derecha. Pero la situación pronto se volvió muy incómoda, pues el temblor se generalizó.

Este síntoma —emblemático de la enfermedad de Parkinson, aunque no sistemático— forma parte de la "tríada motora" que presentan los pacientes, junto con la lentitud de movimientos (acinesia) y la rigidez muscular, recuerda Florence Cormier-Dequaire, neuróloga y coordinadora del centro especializado. Estos trastornos, que se presentan tras una fase asintomática de varios años de duración, son consecuencia de la degeneración progresiva de las neuronas dopaminérgicas del cerebro, en particular las de la sustancia negra, una región cerebral clave para la coordinación de movimientos. En Francia, unas 200.000 personas reciben tratamiento para esta enfermedad neurodegenerativa, la segunda más común después del Alzheimer. Cada año se diagnostican unos 25.000 nuevos casos. En los primeros años, la toma de levodopa (un precursor de la dopamina) o de agonistas dopaminérgicos (que imitan su efecto) puede reducir eficazmente los síntomas motores al compensar el déficit inducido por la pérdida neuronal.

Este fue el caso de Marianne durante casi seis años. « Pero, en febrero pasado, la situación se volvió inmanejable, mi cabeza ya no aguantaba, mis pies se quedaban pegados al suelo, ya no podía moverme… Tuve cuatro caídas en cinco días: estaba de pie y, de repente, ¡zas!, me caí», describe. Su neurólogo en Poitiers aumentó entonces sus dosis de levodopa, lo que mejoró considerablemente su estado. Pero los temblores persistían. Por eso la derivó al centro Pitié-Salpêtrière, el único de los 26 centros franceses expertos en párkinson que realiza, desde 2023, ultrasonidos focalizados de alta intensidad. Esta técnica, que busca suprimir los temblores mediante pequeñas lesiones en el tálamo (que neutralizan la sobreactivación de ciertos circuitos neuronales en el origen de los temblores), tiene la ventaja de no requerir la apertura del cráneo.

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