La vida en Sellafield, a los pies de la central nuclear más grande de Europa

La central de Sellafield, situada a orillas del mar de Irlanda, no produce electricidad desde 2003. Sin embargo, incluso inactiva, su gigantesca infraestructura sigue proyectando su sombra sobre la zona circundante. El motivo: se prevé que su desmantelamiento dure cien años, un proceso lento que abre puertas tanto como cierra posibilidades futuras.
Llueve, pero el paseo marítimo de Whitehaven, en la costa noroeste de Inglaterra, rebosa de actividad este jueves. El sábado 30 de agosto se celebra el Festival del Puerto, un día repleto de música, espectáculos y actividades. Ya se están instalando los pintorescos puestos.
“Es raro ver tanta actividad en la ribera”, dice Lacey Ritson, de 18 años. Cuando eran más jóvenes, ella y sus amigas iban a Saint Bees o al Distrito de los Lagos si querían pasar tiempo junto al agua. Y a veces, “nos sentábamos en la orilla del río, observábamos a la gente e intentábamos adivinar quién trabajaba en Sellafield; por ejemplo: ‘Tiene un coche bonito, seguro que es de Sellafield’”.
La central nuclear de Sellafield, la más grande de Europa, se alza sobre Whitehaven, en pleno corazón de la "costa nuclear" británica. Aunque no ha generado electricidad desde 2003, se prevé que su desmantelamiento se prolongue al menos hasta 2125. Entre la empresa encargada de las obras, Sellafield Ltd, y su cadena de suministro, la planta emplea a unas 60.000 personas, de las cuales más del 80% son de la zona.
Como resultado, todo el mundo «o trabaja en Sellafield o conoce a alguien que trabaja allí», explica Lacey. Su madre, su tía y su
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