Ojo seco, vodcast online sobre por qué es mejor evitar el bricolaje

Ojos rojos, sensación de malestar, de cuerpo extraño en el ojo. Estos son los síntomas del ojo seco, un trastorno de la película lagrimal y de la superficie ocular cada vez más extendido, sobre todo porque, entre ordenadores, smartphones y televisores, vivimos rodeados de pantallas. Muy común, especialmente en mujeres mayores de 50 años, el trastorno en realidad tiene orígenes complejos y multifactoriales. Y, aunque no se trata de una patología grave en sentido estricto, puede comprometer significativamente el bienestar diario de quien la padece. ¿Es útil el síndrome del ojo seco para tratar este problema? 'Mejor evitar el bricolaje', el cuarto episodio del vodcast 'Miraos a los ojos', una serie de Oculista Italiano producida por Adnkronos -publicada hoy y disponible en la sección podcast de Adnkronos.com y en l'oculistaitaliano.it- que profundiza en los principales problemas de la visión y las últimas novedades en el tratamiento de forma sencilla, autorizada y directa gracias a la aportación de expertos, oftalmólogos, investigadores y profesionales del sector farmacéutico.
Lo primero que hay que hacer es no ignorar el trastorno, «que podría degenerar —explica Vittorio Picardo, oftalmólogo—. Hoy en día, cada vez vemos más personas afectadas por el síndrome de VDT: pasar horas frente a las pantallas reduce la frecuencia del parpadeo, esencial para la lubricación ocular. Sin embargo, el problema no se limita únicamente a la exposición a dispositivos digitales. Enfermedades sistémicas, como la diabetes o las enfermedades autoinmunes, o los cambios hormonales típicos de las mujeres en la menopausia o con trastornos tiroideos, así como, además, el microclima ambiental, son factores desencadenantes». Pero "hazlo tú mismo" nunca es aconsejable. “Muchos – observa Picardo – compran lágrimas artificiales al azar, sin entender que no todos los colirios son iguales y que es necesario un diagnóstico preciso para elegir el tratamiento adecuado”.
Las lágrimas «no son solo agua —recuerda Stefano Barabino, del Centro de Superficie Ocular y Ojo Seco del Hospital Sacco de la Universidad de Milán—. Contienen factores de crecimiento esenciales para el metabolismo de la córnea y la conjuntiva. Cuando estos faltan, se genera daño celular que agrava aún más la inflamación: un auténtico círculo vicioso que puede desencadenarse por «muchas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o la sarcoidosis, que inducen una respuesta inflamatoria a nivel de la glándula lagrimal, lo que conlleva una reducción de la producción de lágrimas». Pero “algunos fármacos sistémicos –antihipertensivos, diuréticos, antihistamínicos– también podrían desempeñar un papel y contribuir a la disfunción lagrimal, por lo que es necesario un enfoque integrado”.
La enfermedad del ojo seco "a menudo se trivializa", dice Carmelo Chines, director de la revista All'Oculista Italiano, "pero su incidencia es alta: aproximadamente el 70% de las personas refieren síntomas como ardor o sensación de arena en el ojo". El diagnóstico correcto también puede marcar la diferencia en términos de calidad de vida. «Un paciente nos comentó», continúa Chines, «que sus problemas oculares le habían causado dificultades para relacionarse y ansiedad durante los exámenes universitarios. Es necesaria una mayor concienciación», reflexiona, «también por parte de quienes recomiendan tratamientos».
¿Cómo se trata el ojo seco? "Tratando la superficie ocular —señala Picardo— no solo hidratándola. La lágrima tiene una estructura compleja, con tres componentes —acuoso, mucoso y lipídico— que deben estar en equilibrio. Cualquier desequilibrio —hormonal, inflamatorio o ambiental— puede alterar su estabilidad". En casos de alteración de la calidad o cantidad de la película lagrimal, “es esencial una terapia dirigida”, no una elección aleatoria entre productos de venta libre. Así como no todos los colirios son iguales, no todos los ojos secos lo son —comenta Emanuela Aragona, oftalmóloga de la Clínica Oftalmológica Irccs del Hospital San Raffaele de Milán—. Es fundamental elegir productos sin conservantes, especialmente para uso crónico. Paradójicamente, los conservantes, con el tiempo, agravan la inflamación en lugar de aliviarla. Entre las sustancias eficaces se encuentran el ácido hialurónico, las vitaminas y las sustancias antiosmóticas y antiinflamatorias. Sin embargo, incluso el ácido hialurónico no siempre es el mismo: su peso molecular y su capacidad para unirse a la superficie ocular determinan la eficacia del tratamiento. El método de uso también es importante: no se deben usar colirios solo cuando se presenten molestias, sino que deben usarse regularmente para restablecer el equilibrio de la superficie ocular.
Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el vínculo entre el ojo seco y los trastornos del estado de ánimo. La ansiedad y la depresión —concluye Chines— surgen cuando una condición discapacitante no se reconoce ni se trata. Escuchar «no tienes nada», cuando uno se siente incómodo, genera frustración. La aparente simplicidad del problema, si no se resuelve adecuadamente, puede tener profundos efectos en la calidad de vida, en las relaciones con los demás y en la seguridad personal. ¿Una razón más para no perderte 'Síndrome del Ojo Seco'? 'Mejor evitar el bricolaje', el cuarto episodio del vodcast 'Mírate a los ojos', una serie del oculista italiano online en la sección de podcast de Adnkronos.com, en el canal de YouTube de adnkronos.com y en l'oculistaitaliano.it.
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