¡Freno a la vista! Banxico pinta panorama sombrío para economía mexicana en 2025

El Banco de México (Banxico) encendió las alarmas sobre el futuro económico del país al recortar drásticamente su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025 a apenas un 0.1%, desde un 0.6% previo, advirtiendo un periodo de estancamiento y menores oportunidades de empleo.
En su más reciente informe trimestral, el Banco de México revisó significativamente a la baja sus expectativas para la economía nacional. La proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2025 se situó en un exiguo 0.1%, un marcado contraste con el 0.6% estimado apenas en febrero. El rango de crecimiento esperado ahora se mueve entre una leve contracción del 0.5% y una expansión moderada del 0.7%.
Esta perspectiva cautelosa se extiende también a 2026, para el cual Banxico prevé un crecimiento de apenas 0.9%, con un rango que oscila entre 0.1% y 1.7%. Esta cifra también es inferior al 1.8% que se esperaba anteriormente para ese año. En cuanto a la inflación, el banco central mantuvo su expectativa para el índice general hacia el cierre de 2025 en 3.3%, aunque ajustó al alza la inflación subyacente a un 3.4% desde un previo del 3.3%. Estas proyecciones se dan en un contexto donde la tasa de interés de referencia se ubica en 8.5%, tras una reciente reducción de medio punto porcentual.
El banco central atribuye este panorama a una «atonía» generalizada de la actividad económica. Reconoció que el entorno global y nacional es complejo, y que la incertidumbre persistente podría seguir afectando las decisiones cruciales de consumo e inversión por parte de empresas y particulares.
Entre los riesgos que podrían empeorar aún más el escenario, Banxico señaló la posibilidad de un recrudecimiento de tensiones geopolíticas, el impacto de fenómenos meteorológicos adversos –como la actual amenaza ciclónica en el Pacífico–, una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales y una potencial disminución en la confianza empresarial. Estas preocupaciones encuentran eco en recientes declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien el 6 de junio mencionó el impacto de decisiones arancelarias y la situación internacional en la volatilidad de los mercados mexicanos, aunque también destacó la fortaleza del peso, que ese día se cotizaba en 19.14 por dólar.
«La economía mexicana enfrenta un periodo de estancamiento, con riesgos que podrían inclinar la balanza hacia una contracción si no se toman medidas adecuadas», se advierte en el tono del informe de Banxico.
Este sombrío pronóstico del banco central autónomo contrasta, en cierta medida, con el optimismo que a veces se proyecta desde esferas gubernamentales. Esta divergencia no es necesariamente contradictoria, sino que subraya la complejidad del panorama económico, donde coexisten indicadores positivos aislados con riesgos estructurales y sistémicos. La economía mexicana, como resalta el informe, sigue siendo vulnerable a shocks externos, lo que limita el margen de maniobra de la política económica nacional.
La desaceleración económica proyectada por Banxico tendría un impacto directo y preocupante en el mercado laboral. La institución ajustó considerablemente a la baja sus previsiones de generación de puestos de trabajo formales para 2025. Ahora se estima que durante ese año se crearán entre 110,000 y 290,000 nuevas plazas. Esta cifra es significativamente menor que el rango de 220,000 a 420,000 empleos formales que se proyectaba anteriormente.
Un crecimiento económico cercano a cero y una reducción tan drástica en la creación de empleos formales acarrean consecuencias sociales directas y palpables para la población. Entre ellas, se cuentan un menor poder adquisitivo para las familias, un posible aumento de la informalidad laboral como alternativa precaria, y mayores dificultades para que los jóvenes, especialmente los recién egresados, accedan al mercado laboral. Este escenario podría exacerbar las desigualdades existentes y generar un mayor descontento social a mediano plazo.
Si bien el país no se encuentra oficialmente en recesión, el mensaje del Banco de México es un claro llamado a la cautela. La economía mexicana se enfrenta a un periodo delicado, donde la capacidad de adaptación y la implementación de políticas que fomenten la inversión y la confianza serán cruciales para evitar un estancamiento prolongado. La forma en que el gobierno y los actores económicos respondan a estas advertencias definirá la trayectoria de la economía en los próximos meses.
La Verdad Yucatán