Por primera vez la deforestación cae en todos los biomas del país

Los datos de Mapbiomas indican una reducción del 32,4% en el área devastada en todos los paisajes brasileños en 2024. El Cerrado fue el bioma más destruido. En 2024, la tasa de deforestación disminuyó en todo el país. La superficie total devastada disminuyó un 32,4% respecto al año anterior, que también había registrado una reducción del 26%. Los datos forman parte del Informe Anual de Deforestación (RAD) elaborado por la iniciativa Mapbiomas y publicado este jueves (15/05).
Esta es la primera vez que un retroceso de este tipo, registrado en los seis biomas nacionales, es identificado por RAD desde 2019, cuando comenzó a elaborarse el informe. En la mayoría de las Tierras Indígenas (67%), no hubo eventos de deforestación durante el período. Aún así, el año pasado el país perdió 12.420 kilómetros cuadrados (km²) de vegetación nativa.
El Cerrado fue el bioma que registró la mayor área deforestada, representando el 52% de la pérdida total de paisaje natural del país. La Amazonia ocupa el segundo lugar, seguida de la Caatinga, el Pantanal, la Mata Atlántica y la Pampa.
Ante los números, Tasso Azevedo, coordinador de Mapbiomas, prefiere no comentar si la caída registrada es satisfactoria para enfrentar la actual crisis climática, agravada por la deforestación.
"RAD no realiza este tipo de evaluación. Analizamos los datos. Desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto invernadero, al reducirse la deforestación, las emisiones disminuyen. Considerando el hecho en sí, una menor deforestación es mejor para el clima", respondió Azevedo a DW.
Los más destruidos
En el Cerrado, donde se registró un aumento considerable de la devastación en 2023, hubo una reducción del 41,2% en la deforestación el año pasado. En esta gran sabana brasileña, una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo, la pérdida de vegetación alcanzó los 6.521 km². El bioma ocupa la segunda área más grande del país y cubre principalmente la Meseta Central.
La región de Matopiba, sigla que agrupa los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía, tuvo la mayor área devastada del Cerrado, alrededor del 75% del total. “Esta región tiene más deforestación que toda la Amazonia si consideramos los datos de 2024”, destaca Roberta Rocha, del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (Ipam), que forma parte de la iniciativa Mapbiomas.
Según la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), Matopiba viene experimentando una importante expansión de su frontera agrícola desde mediados de la década de 1980. La región, delimitada oficialmente por decreto presidencial, abarca 337 municipios y se ha convertido en un importante centro de producción de soja, maíz y algodón.
En el ranking de las diez ciudades con mayores áreas de vegetación nativa destruida, el campeón está en Cerrado. «São Desidério, en Bahía, mantiene esta posición por segundo año consecutivo. En esta ciudad, el único vector de presión de la deforestación es la agricultura», explica Rocha, impulsor de la destrucción de 1.800 km² en el municipio en 2024.
La devastación del Amazonas en declive
Tras alcanzar el pico de la última década en 2022, con 12.468 km², la deforestación en la Amazonía siguió la tendencia descendente del año pasado, cuando la superficie deforestada fue de 3.777 km². El mismo patrón se observó en las unidades de conservación y tierras indígenas.
“Casi el 99% de toda la deforestación detectada es causada por la agricultura y la ganadería”, afirma Larissa Amorim, del Instituto del Hombre y del Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon).
Este escenario se observa especialmente en los estados de la zona conocida como Amacro, que incluye Amazonas, Acre y Rondônia, donde la agricultura se ha expandido con mayor intensidad, a un ritmo similar al de Matopiba.
Pará, que será sede de la próxima Conferencia del Clima de la ONU, sigue siendo el estado donde la selva amazónica está desapareciendo más rápidamente, según el RAD 2024.
Se autorizó una deforestación récord
Al igual que en el Cerrado y la Amazonia, la agricultura también fue la actividad que más impulsó la desaparición de la Caatinga. Además de esta actividad económica, los proyectos de energías renovables también aparecen como causa de deforestación.
“Estos proyectos se están espacializando cada vez más a lo largo del bioma”, comenta Diego Costa, investigador de la Universidad Estadual de Feira de Santana (Uefs).
Según información de RAD, las alertas captadas por satélites en 2024 indican que la superficie deforestada en el bioma fue de 1.745 km². La alerta que provocó el mayor evento de deforestación en el país provino de Canto do Buriti y Pavussu, Piauí, y resultó en el corte de 140 km² de vegetación.
"Se trata de una deforestación autorizada. El vector de presión identificado fue la agricultura y la ganadería", añade Costa, señalando que los municipios colindan con Matopiba.
Otro hecho que llamó la atención de los investigadores es el corte de la Caatinga en territorios que forman parte de centros de desertificación. Los casos más críticos ocurrieron en la región del Sertão de São Francisco, Bahía; Irauçuba, Ceará; Cabrobo, Pernambuco.
Pantanal y Pampa
El Pantanal fue el bioma con mayor caída proporcional: la disminución de la deforestación fue del 58,6% en comparación con 2023.
“En resumen, hubo pocos eventos de deforestación que representen grandes áreas deforestadas”, dice Eduardo Rosa, de Mapbiomas. “En comparación con todos los biomas, el Pantanal tiene la mayor velocidad promedio por alerta de deforestación, que es de 10 mil metros cuadrados por día”, añade.
Tras el récord negativo alcanzado en 2023 en el Pantanal, que registró 563 km² de devastación, el total del año pasado fue de 232 km², el nivel más bajo jamás registrado y similar al de 2019.
La Pampa tuvo la menor superficie deforestada según la RAD: 0,1% del total nacional. Pero la cifra puede ser una subestimación, ya que los sistemas automáticos de detección y validación utilizados tienen limitaciones para identificar la supresión en entornos rurales, dicen los expertos.
“Estimamos que la pérdida de vegetación de pastizales es hasta 60 veces mayor que la que reportamos para los bosques”, dice Eduardo Vélez, de Geokarten, sobre la Pampa y los desafíos tecnológicos que los investigadores intentan superar.
El impacto de los eventos extremos
En la Mata Atlántica, el bioma históricamente más destruido del país, los eventos climáticos extremos registrados en 2024 dejaron marcas que influyeron en la vegetación perdida.
Rio Grande do Sul fue el tercer estado con mayor deforestación dentro del bioma debido al impacto de eventos climáticos extremos. Inundaciones, deslizamientos de tierra y vientos causaron una pérdida significativa de vegetación nativa, explica Natália Crusco, del equipo de Mapbiomas.
En 2024, la tala de este bosque tropical se mantuvo estable tras una caída de casi 60% en 2023. Si las lluvias de abril y mayo del año pasado no hubieran causado tantos daños en el Sur, el bioma habría registrado una reducción de al menos 20% en el período, concluye Crusco.
IstoÉ