¿Qué hay al otro lado del muro?

Mi teatro siempre ha buscado dar voz a quienes no la tienen. Así, en el pasado, los protagonistas de mis obras han sido poetas olvidados, ancianos abandonados, soldados solitarios, hombres en busca del amor.

En nuestras primeras conversaciones con Ricardo Carriço, nos dimos cuenta de inmediato de que las personas con discapacidad motriz se encontraban precisamente en estas condiciones. En las conversaciones que mantuvimos con personas con discapacidad, nos dimos cuenta de que les resultaba muy difícil encontrar pareja y visibilizar su realidad en la prensa y la opinión pública.

A Ricardo y a mí se nos ocurrió una idea: traigamos estas vidas al escenario. Ojalá mostremos el día a día de estas personas y cómo pequeños cambios en nuestro comportamiento pueden hacerles la vida mucho más fácil.

En el proceso de escritura y ensayo, nos dimos cuenta de que todos tenemos algo que nos paraliza – un trauma, un miedo, un recuerdo – a partir de ahí, la obra “ Do outro lado do muro ” dejó de ser sólo “de ellos” para convertirse en “nuestra” y eso era todo lo que queríamos.

Los cómplices que encontramos para dar vida a esta historia de superación fueron los mejores. Baltasar Marçal, quien da vida a Rodrigo antes del accidente, lleno de sueños y ambiciones, es el contrapunto ideal para Rodrigo después del accidente, representado por lo que me parece el mayor desafío de la carrera de Ricardo Carriço: actuar sin movimiento, sin poder anclarse en ningún movimiento, sin ningún movimiento de cabeza, sin ninguna mano que despierte ninguna emoción.

Rita Ribeiro, como la madre de este personaje en dos momentos muy distintos, crea una mujer llena de matices que la acercan a veces a su hijo pequeño, a veces a su hijo adulto. Rita se involucra por completo en este personaje y no hay día que la obra no termine con lágrimas en los ojos de algunos espectadores y sonrisas en los labios de otros. Todos se emocionaron, todos rieron a carcajadas con algunas situaciones, todos cantaron las canciones. Todos... pero lo más reconfortante de todo es la reacción de las personas con discapacidad. Algunos nos han confesado que han hecho las paces con sus padres después de ver la obra, todos nos agradecen que comprendamos tan bien las etapas por las que pasan, todos nos agradecen que no los tratemos como pobres ni como superhéroes.

Los tratamos solo por lo que son, por lo que somos. Y porque sabemos que el mundo es mucho mejor para todos cuando es mejor para quienes han sufrido algún revés en la vida.

Es un espectáculo lleno de alegría, lleno de esperanza, lleno del amor que nos lleva al escenario cada noche para decir que existen, que existimos. ¡Todos! ¡Todos! ¡Todos!

Tras una temporada triunfal en el Teatro Variedades, con excelentes críticas y la vibrante energía del público, nos preparamos para reestrenar la obra en el Auditorio del Casino Estoril, tras tantas peticiones. Con doble entusiasmo, del 19 al 29 de junio estaremos en el Casino para contar la historia de Rodrigo, de su madre. Esta historia, que también es mía, la historia de los actores. ¡Esta historia, que también es tuya!