Los brasileños tendrán que trabajar más tarde, pero el mercado aún se resiste a las “canas”

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Los brasileños tendrán que trabajar más tarde, pero el mercado aún se resiste a las “canas”

Los brasileños tendrán que trabajar más tarde, pero el mercado aún se resiste a las “canas”

La transición demográfica en Brasil está ocurriendo rápidamente y ya se refleja en el mercado de trabajo. La participación de las personas con más experiencia está aumentando y la de los más jóvenes está disminuyendo, y este movimiento sólo debería fortalecerse a partir de ahora.

El porcentaje de jóvenes (14 a 25 años) en la fuerza laboral alcanzó el 15,2% en el cuarto trimestre de 2024, el nivel más bajo de la serie histórica del IBGE, iniciada en 2012. Por otro lado, la participación de los trabajadores mayores de 60 años alcanzó el 8%, el nivel más alto jamás registrado.

Es un retrato del envejecimiento de la fuerza laboral brasileña. El año pasado, el grupo de edad con mayor participación ya no era el de 25 a 39 años. El liderazgo pertenece ahora al grupo de edad de 40 a 59 años.

“El grupo de mayores de 60 años es el único segmento de la población que sigue creciendo. Este grupo, al envejecer activamente, puede seguir sumando y contribuyendo a que Brasil sea más competitivo y productivo”, destaca Alexandre Kalache, presidente del Centro Internacional de Longevidad en Brasil (ILC BR) y consultor de Bradesco Seguros.

Otro factor, señalado por el investigador Rogério Nagamine Costanzi, de la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas (Fipe), es que las reformas de pensiones , especialmente la de 2019, tienden a prolongar la vida laboral de las personas, al aumentar la edad de jubilación.

El economista Eduardo Giannetti da Fonseca, autor de El valor del mañana , destaca que, con estos escenarios, será necesario reformular por completo el concepto de jubilación. «La gente tendrá que seguir trabajando. Invertir en educación y reciclaje profesional será fundamental», afirma.

El número de personas mayores de 60 años en la fuerza laboral aumentó un 70,6% entre el cuarto trimestre de 2012 y 2024, pasando de 5,2 millones a 8,9 millones. Fue el mayor aumento entre todos los grupos de edad.

Un punto preocupante en este escenario es la posible pérdida de dinamismo económico en el corto plazo, con menos jóvenes entrando al mercado y el estrechamiento de la base poblacional. El trabajo es un factor esencial para la expansión del PIB. Los expertos temen que haya pérdidas de productividad, un indicador en el que Brasil ya no viene bien.

Según una encuesta del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV Ibre), la productividad en Brasil creció apenas un 0,5% al ​​año entre 1981 y 2024. Específicamente en el último lustro, el aumento promedio fue de apenas un 0,3%.

El investigador de Fipe indica que aumentar la participación de las personas mayores es esencial para el crecimiento económico futuro del país, debido a las tendencias demográficas. Sin embargo, persisten dudas sobre la capacidad del mercado para absorber a los trabajadores de mayor edad, y los problemas de salud crónicos asociados a la edad siguen siendo obstáculos para una mayor participación.

Los expertos entrevistados por Gazeta do Povo identifican una falta de calificaciones técnicas entre los jóvenes, mientras que los profesionales de mayor edad pueden estar fuera de sintonía con las demandas actuales sin una recualificación constante. Según los analistas, las personas con mayores niveles de educación, incluso a edad avanzada, tienen mayor empleabilidad.

"Con salud y conocimiento, las personas siguen siendo viables en el mercado", afirma Kalache, quien también es ex director del programa global sobre envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Costanzi, de Fipe, destaca que, entre los 60 y los 69 años, las mayores posibilidades de estar en el mercado laboral son para los hombres y para aquellos que han completado al menos la instrucción secundaria. Las posibilidades son menores para quienes reciben pensiones, beneficios de jubilación o el Pago Continuo de Beneficios (BPC).

La transformación del mercado brasileño va más allá de la cuestión de la edad. Candice Fernandes, country manager de la consultora italiana Stato Intoo, prevé un cambio en las competencias valoradas por el mercado. Los profesionales con experiencia poseen habilidades valiosas como la inteligencia emocional y la gestión de crisis. La edad no es un obstáculo cuando existe un aprendizaje continuo.

Los cambios en el panorama demográfico actual requerirán que los jóvenes profesionales adopten una postura más flexible. La carrera única para toda la vida queda obsoleta y es necesario desarrollar versatilidad para transitar entre diferentes roles a lo largo de la vida, señalan expertos.

“Los jóvenes necesitan entender que la profesión que eligen ahora probablemente no existirá dentro de 10 o 15 años”, advierte la investigadora Janaína Feijó, de FGV Ibre. Esta realidad refuerza la necesidad de aprendizaje continuo, un esfuerzo que es a la vez individual y dependiente de políticas públicas eficientes.

El lugar de trabajo del futuro reunirá a diferentes generaciones, lo que requerirá un nuevo enfoque colaborativo. Los jóvenes necesitarán aprender de profesionales experimentados, mientras que las personas mayores necesitarán estar abiertas a la innovación. Esta sinergia puede reducir las brechas de habilidades y crear entornos más productivos e innovadores.

Mercado laboral no preparado: barreras estructurales y culturales

A pesar del creciente contingente de profesionales de mayor edad que quieren y necesitan seguir activos, el mercado brasileño parece no estar preparado para absorber esta fuerza laboral.

"Aún no sabemos muy bien cómo abordar esta cuestión, a pesar de reconocer la importancia de la intergeneracionalidad", afirma Clea Klouri, socia y cofundadora de Data8, una empresa de tecnología de datos especializada en analizar las tendencias del mercado para la población de mayor edad.

Los expertos señalan que la sociedad, en general, y las empresas, en particular, no han seguido el ritmo acelerado del envejecimiento, al no crear las estructuras y políticas públicas necesarias para esta nueva realidad.

El principal obstáculo para la integración de los profesionales de mayor edad es el edadismo, el prejuicio basado en la edad.

“Existe una percepción errónea de que los profesionales mayores de 50 años ya no sirven en el mercado, como si no fueran adaptables o resistentes a las nuevas tecnologías”, afirma Michelle Queiroz, directora de la Rede Longevidade y profesora de la Fundação Dom Cabral (FDC). En la práctica, esto da lugar, por ejemplo, a la eliminación prematura de CV basados ​​únicamente en la edad, incluso antes de cualquier evaluación de competencias.

Otro problema es la falta de programas específicos para absorber o reincorporar a este contingente al mercado laboral. Incluso cuando estas personas están dispuestas a volver a capacitarse, las puertas del mercado a menudo no se abren para ellos.

Una investigación divulgada en noviembre por la consultora PwC Brasil y la Escuela de Administración de Empresas de São Paulo (FGV Eaesp) revela que, contrariamente a la tendencia demográfica, el 72% de los gestores de grandes empresas planea contratar sólo personas menores de 40 años. Más preocupante: el 86% de las instituciones no tienen planes de carrera para profesionales por encima de este rango de edad.

Fernandes identifica un componente económico en esta ecuación: “Hubo un proceso de ‘juniorización’ de cargos, en parte para reducir costos de nómina”, una estrategia de corto plazo que puede comprometer la productividad y la transmisión de conocimiento en las organizaciones.

Para superar esta falta de preparación en el mercado laboral, los expertos recomiendan reconocer que el edadismo representa una ineficiencia del mercado que desperdicia experiencia valiosa.

La evaluación es que la coexistencia de múltiples generaciones en el entorno laboral, aunque desafiante, mejora la combinación de habilidades complementarias y la transferencia de conocimientos.

Klouri enfatiza que las organizaciones necesitan hacer un mejor uso del conocimiento generado y desarrollado por profesionales más experimentados. Señala que la experiencia acumulada por estos profesionales muchas veces no se transmite cuando salen de la empresa, debido a la ausencia de metodologías para capturar ese conocimiento. “Esta transferencia es esencial para la salud organizacional, pero todavía no ocurre de manera consistente”, afirma.

Este es el tercer capítulo de la serie de informes “Futuro Amenazado”, que muestra los desafíos económicos del envejecimiento de la población brasileña.

gazetadopovo

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