Una compañía japonesa cancela la misión de la sonda Resilience tras un aterrizaje fallido

Los responsables de ispace, la empresa privada japonesa que intentaba aterrizar una sonda en la Luna, anunciaron este viernes (6, fecha local) el "fin de la misión" tras perder contacto con la nave Resilience durante la fase de descenso.
La nave espacial debía aterrizar alrededor de las 16:17, hora de Brasilia, el jueves. Sin embargo, los comentaristas de la transmisión en vivo informaron unos 15 minutos después del aterrizaje teórico que no estaban en condiciones de confirmar su éxito.
“Resilience abandonó la órbita lunar para iniciar su descenso, bajando desde una altitud de aproximadamente 100 km a unos 20 km, y luego encendiendo su motor para reducir la velocidad”, explicó Takeshi Hakamada, director general de ispace, en una rueda de prensa.
Confirmamos que la posición del módulo de aterrizaje se movió hasta quedar casi vertical. Luego, se perdió la telemetría y, transcurrido el tiempo previsto, no pudimos recibir datos que confirmaran el aterrizaje, añadió.
Según el ejecutivo, es muy probable que la sonda haya sufrido un aterrizaje “repentino”.
Tras la pérdida de comunicación, intentamos reiniciar el módulo, pero no pudimos restablecerla. Por lo tanto, decidimos dar por terminada la misión, explicó.
Hace dos años, la empresa ya había realizado un primer intento que acabó en accidente.
– Seleccionar club –
Las maniobras de aterrizaje son muy complejas, sobre todo por la falta de atmósfera, que hace que los paracaídas sean ineficaces.
Los aparatos deben descender con ayuda de propulsores, y todo con gran precisión.
“Tenemos confianza en nuestros preparativos”, dijo Hakamada la semana pasada, asegurando que ispace había “aprovechado la experiencia adquirida en la Misión 1 y el actual viaje a la Luna”.
Hasta la fecha, solo dos compañías estadounidenses, Intuitive Machines y Firefly Aerospace, han conseguido colocar dispositivos en la superficie lunar sin que explotaran, pero dos de los tres enviados no lo hicieron en la posición correcta, lo que afectó a su posterior funcionamiento.
Antes de ellos, solo unos pocos países, empezando por la Unión Soviética en 1966, habían logrado semejante hazaña. En enero de 2024, Japón se unió al selecto club al aterrizar una nave espacial de su agencia espacial local.
La sonda Resilience fue lanzada en enero desde Estados Unidos junto con el robot espacial estadounidense Blue Ghost, de Firefly Aerospace, pero los dos aparatos no siguieron la misma trayectoria.
Por lo tanto, no tardaron tanto en llegar al satélite natural de la Tierra. El Blue Ghost aterrizó sin incidentes a principios de marzo.
La sonda japonesa transportaba, entre otras cosas, un rover, instrumentos científicos desarrollados por otras empresas y una “Moonhouse”, una maqueta de casa diseñada por el artista sueco Mikael Genberg.
También un electrolizador de agua para dividir las moléculas en hidrógeno y oxígeno, un experimento de producción de alimentos y una sonda de radiación del espacio profundo.
La misión también tenía como objetivo recolectar dos muestras de suelo lunar y venderlas a la agencia espacial estadounidense NASA por 5.000 dólares (R$ 28.000).
IstoÉ