Complejo de Budapest | Llevados a juicio pese a las huelgas de hambre

A pesar de su evidente mal estado de salud, Maja T. fue llevada de nuevo al tribunal esposada el miércoles. Antes del inicio del juicio, un médico de la prisión, según allegados a Maja, la declaró brevemente no apta para ser juzgada, pero revisó esta evaluación tras la presión de las autoridades. Al menos así lo informó el miércoles un grupo solidario que apoyaba a Maja T. en el juicio.

Maja T., mujer no binaria y ciudadana alemana, está en huelga de hambre desde el 5 de junio. Según sus defensores, esta prisionera residente en Budapest ha perdido siete kilos de peso y sufre dificultad para concentrarse, hipotermia y agotamiento. Tras más de un año en régimen de aislamiento en condiciones que violan los derechos humanos, la huelga de hambre fue un último intento por visibilizar su propia situación.

Según el escrito de acusación, Maja T., como miembro de una organización criminal, participó en ataques contra participantes reales o presuntos del evento neonazi "Día de Honor" en Budapest en febrero de 2023. Nueve personas resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad. La fiscalía húngara lo califica de acto de lesiones corporales peligrosas con riesgo de muerte. Los ataques se llevaron a cabo con herramientas capaces de quitar la vida. Por lo tanto, Maja T. es condenada a 24 años de prisión.

En este contexto, crece la preocupación por la salud de Maja T. durante el proceso judicial en curso. La junta directiva de la Asociación Alemana de Médicos Demócratas advierte que la estancia en prisión supone, en sí misma, un riesgo para la salud. Dadas las condiciones habituales en las cárceles húngaras, este riesgo aumenta significativamente. Por lo tanto, la asociación exige el cumplimiento de las normas médicas de conformidad con la Declaración de Malta y la repatriación inmediata de Maja T. a Alemania.

El padre de Maja, Wolfram Jarosch, habló de un escándalo: «Es evidente que hay médicos en Hungría que priorizan la obediencia a las autoridades sobre el juramento hipocrático». Exige que se realicen revisiones médicas independientes a cargo de expertos alemanes.

La presión política también está aumentando. Martin Schirdewan, presidente del grupo La Izquierda en el Parlamento Europeo, anunció su asistencia al juicio el viernes siguiente. Previamente había visitado a Maja T. en prisión . Schirdewan declaró: «El gobierno alemán no debe seguir ignorando que Hungría está dando un ejemplo con esta figura antifascista».

También el viernes se tomará una decisión sobre la solicitud de Maja T. de reducción de pena y traslado a arresto domiciliario. Sin embargo, a pesar de las huelgas de hambre y los riesgos para la salud, hasta el momento no hay indicios de que el poder judicial húngaro tenga intención de desviarse de su rumbo actual; por lo tanto, es improbable que se le conceda la libertad a arresto domiciliario con o sin tobillera electrónica, como ocurrió el año pasado con Ilaria Salis, quien también fue acusada en Budapest.

Tanto la Asociación de Médicos Demócratas como Martin Schirdewan instan al gobierno federal a trabajar activamente para el regreso de Maja T. Es inaceptable que un ciudadano alemán sea sometido a procedimientos en el extranjero en estas condiciones, especialmente después de que el Tribunal Constitucional Federal haya declarado ilegal la extradición.

Sin embargo, el Ministerio Federal de Asuntos Exteriores declaró que el regreso de Maja T. queda a discreción exclusiva de los tribunales húngaros. Schirdewan declaró al respecto: «El sistema judicial húngaro está controlado políticamente por el dictador Victor Orbán». Por lo tanto, el canciller Friedrich Merz (CDU) y su vicecanciller Lars Klingbeil (SPD) deben priorizar el regreso de Maja T.