Una unidad de la Guardia Civil vigilaba a Aldama y Koldo con grabaciones automáticas

“Yo creo que cada vez que le dan el alta en una nueva operación salta la coincidencia. Ya saltó el año pasado. El jefe habló con el coronel de la UCO en su día y le dijeron que siguiéramos adelante”. El autor de esta frase es el comandante de la Guardia Civil Rubén Villalba. Habla del “alta” que su grupo de agentes da a un teléfono suministrado al empresario Víctor de Aldama, uno de los principales acusados en el caso Koldo –que afecta al PSOE y que ha llevado a la cárcel a su ex secretario de organización Santos Cerdán–, también habla de la “coincidencia” de que el tipo está en su órbita pero está apareciendo en paralelo en investigaciones de la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil y habla de seguir “adelante”: ¿adelante con qué?
Lo más relevante es que la frase queda escrita en un chat de WhatsApp en el que están Villalba y otros tres agentes y que tiene un nombre sugerente: K Fontanería. ¿K? ¿K de Koldo?
Santos Cerdán defiende desde que el 30 de junio ingresó en prisión, acusado de intervenir en la concesión de obra pública y de repartirse ganancias ilegales, que es completamente inocente y que la acusación en su contra se basa en un puzle manipulado de conversaciones grabadas por Koldo García o en las que, como mínimo, aparece Koldo García.
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Este exchófer y exasesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos está en el epicentro de la presunta trama, pero ha negado haber grabado ninguna conversación.
En un informe de la UCO que consta en el sumario, en el que se analiza la trayectoria de Rubén Villalba, la propia unidad expone que disponen de un “sistema” que “originaría mensajes automáticos que se comunican al grabador”. ¿Era K Fontanería la encargada de analizar toda esa información?
En una entrevista reciente en TVE, García negó haber grabado nada, aunque algunos archivos de audio fueron intervenidos en su casa. Uno de los argumentos que esgrimió para negar ser quien grababa es que algunas de las conversaciones son familiares y de carácter íntimo y sin ningún interés ni económico ni policial. ¿Para qué se grabaría él en esos momentos? ¿Fue K Fontanería quien lo hizo?
García ha negado haber grabado los diálogos en los que parece repartirse dinero con CerdánLa tesis de la defensa de Santos Cerdán es que García (o personas próximas a él) fue utilizado por algún sector de la Guardia Civil, alentado por sectores de la ultraderecha, para grabar conversaciones indiscriminadamente con el objetivo ulterior de encontrar algún indicio que pudiera salpicar a la cúpula del PSOE: Cerdán es caza mayor, pues fue una pieza clave en las negociaciones para conformar la actual mayoría parlamentaria. En conversaciones de 2019, 2021 y 2022 García y Cerdán parecen hablar de repartirse dinero procedente de comisiones obtenidas de obras públicas.
El informe de la UCO analiza las maniobras de Villalba, que habría sido el responsable de suministrar teléfonos a Víctor de Aldama, a Koldo García y hasta al entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos. “Koldo también habría sido dotado de este tipo de terminales móviles sobre todo durante su periodo desempeñando labores profesionales para el Ministerio”, dice el informe policial. “Incluso al ministro lo he visto yo con alguno de los teléfonos que nos pedía Koldo”, le cuenta Villalba a su superior, identificado como Agente 1.
Villalba, que ya estuvo detenido, cobraba a Aldama y sus socios por suministrarles teléfonos supuestamente seguros. La investigación de la UCO reveló que Villalba tuvo entre 2017 y 2023 unos ingresos no justificados (su mujer, Luisa F.O., también es trabajadora pública) de 145.049 euros.
En varias ocasiones, Aldama le pide a Villalba que revise sus oficinas, ante el temor de que alguien pueda estar espiándole. El informe de la UCO expone cómo acuden allí y le hacen “un paripé”, le contará Villalba a su jefe. Simulan hacer barridos para detectar sistemas de espionaje, pero carecen de los medios, según reconocen.
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Las conversaciones con el Agente 1 denotan que este está preocupado porque Villalba, o por extensión algún agente de la unidad, estén metiéndose “dinero en el bolsillo”. Villalba parece estar engañando a su superior con el precio de los terminales que facilitan a Aldama y los suyos, en general de la marca Xiaomi y de unos 200 euros. Los cambian periódicamente, y devuelven el anterior a Villalba o alguno de los doce agentes que están bajo su mando. Otros móviles incautados al grupo de empresarios y a Koldo García son iPhone. Villalba exagera las cifras ante su jefe para camuflar sus cobros. Aldama le abonaba unos 2.000 euros al mes por esas gestiones.
En octubre del 2023 este comandante fue destinado a la embajada de España en Venezuela; unos negocios de Aldama en este país están bajo investigación judicial, por supuesto fraude multimillonario en el comercio de hidrocarburos. Nadie ha explicado si el envío de Villalba al país sudamericano tiene relación con ello.
En un escrito presentado a inicios de semana ante el Tribunal Supremo, la defensa de Cerdán, que ejercen los abogados Benet Salellas y Jacobo Teijelo, sostiene que “el origen y la naturaleza de estos audios, base de la investigación, continúa siendo a día de hoy una auténtica incógnita”. El propio auto de prisión de Cerdán, del 30 de junio, exponía que las grabaciones “no son consecuencia de una intervención judicial en las comunicaciones de los investigados sino que fueron hallados en poder de uno de ellos, quién habría resuelto por un motivo no difícil de imaginar, grabarlas primero y conservarlas después en su poder”. Salellas y Teijelo, sin embargo, han puesto de relieve que las rutas informáticas de los audios no son coherentes, dado que algunas tienen la terminación .cloud , lo que indica que proceden de un repositorio. “Lo único que a día de hoy sabemos sobre dichos audios es que se obtienen a través de teléfonos que han sido proporcionados por un comandante de la Guardia Civil investigado en la causa”, esgrime Cerdán ante el TS.
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