Los vientos cósmicos no son todos iguales, nos enseña una estrella de neutrones.

Los vientos cósmicos no son todos iguales, sino que pueden variar mucho más de lo esperado. El descubrimiento fue posible gracias a las observaciones de una estrella de neutrones realizadas por el telescopio espacial europeo Xrism y a la investigación dirigida por Chris Done, de la Universidad de Durham (Reino Unido). Publicado en la revista Nature, el resultado subraya la importancia de estos fenómenos, considerados verdaderos motores capaces de moldear el universo, ya que favorecen o dificultan la formación de nuevas estrellas .
Todas las estrellas , desde nuestro Sol hasta objetos más inusuales como las pequeñas estrellas de neutrones (los remanentes increíblemente compactos de explosiones estelares) o los agujeros negros, emiten corrientes de partículas cargadas y energéticas , una especie de viento que puede influir en el espacio circundante incluso a grandes distancias . Estas corrientes pueden, por ejemplo , alterar el equilibrio del polvo en grandes nebulosas , provocando su reorganización y la formación de nuevas estrellas , o arrastrar el polvo interestelar de una vasta porción de una galaxia, interrumpiendo la formación de nuevas estrellas.
Analizando una estrella de neutrones con un detalle sin precedentes, gracias a los instrumentos del nuevo telescopio espacial de rayos X XRISM, de la agencia espacial japonesa JAXA, la Agencia Espacial Europea y la NASA y lanzado en septiembre de 2023, los investigadores han podido ahora estudiar algunas características del viento cósmico producido.
“Cuando vimos por primera vez la riqueza de detalles, tuvimos la sensación de presenciar un resultado revolucionario ”, dijo Matteo Guainazzi, científico de Xrism de la ESA. Los vientos observados desde la estrella de neutrones GX13+1 resultaron ser sorprendentemente lentos, unas 200 veces más lentos de lo esperado : un descubrimiento que demuestra cómo la velocidad e intensidad de los vientos cósmicos está vinculada a muchos más factores de lo que se creía anteriormente . Este descubrimiento nos obliga a revisar algunas de las suposiciones sobre cómo interactúan la materia y la energía en algunos de los entornos más extremos del Universo y, al mismo tiempo, ofrece información importante sobre los importantes descubrimientos que podrían venir en el futuro con el telescopio espacial de rayos X aún más sofisticado de la ESA, Athena, programado para su lanzamiento en 2037.
ansa